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Horacio Alcalá: Un mensaje de resistencia de las muxes para el mundo

“¿A qué sitio te gustaría ir en aquellos momentos cuando estás mal? A esta película quítale Finlandia, ponle el que quieras y será la misma historia, porque no hablamos de un país, una nación o un sitio lejano, podría ser una especie de nirvana”, explica el cineasta Horacio Alcalá sobre su ópera prima Finlandia, cinta, cuyo estreno mundial se realizó durante el Festival de Cine de Guadalajara 2022. El director viajó a Juchitán, Oaxaca, para conocer y profundizar sobre las muxes, quienes se autodenominan como “el tercer género”, y de las cuales, Horacio cree que no se ha hablado sobre su realidad.

Al conocerlas y vivir su día a día, el cineasta decidió retomar sus historias y plasmarlas en su primera ficción de “realismo mágico”.

“En ese proceso de investigación me di cuenta que estaba todo muy romantizado, las tenían idealizadas, no era lo que se mostraba en los documentales. Es verdad que están aceptadas por la comunidad, pero al mismo tiempo, están rechazadas, pueden vestirse como quieran, pero no tienen derecho a enamorarse, tener una vida familiar o estar con su persona querida”, explica Alcalá a Reporte Índigo.

Un terremoto azota a una comunidad de Oaxaca, espacio donde conviven Mariano y las muxes Amaranta y Delirio, el cual, además de derrumbar los edificios y calles, se convierte en un personaje más, como un llamado de la naturaleza que detona en la comunidad y les da una oportunidad para reinventarse o vivir de una manera nueva.

Para Alcalá el contacto con la naturaleza es uno de los primeros ejes de Finlandia, pues este elemento también es una especie de refugio para las muxes o incluso una vía de comunicación donde pueden sacar sus fantasmas.

“La cantera en realidad no existe, es una licencia artística que me permití añadir, porque quería jugar con este universo y hacerlo más accesible a la gente. El tema de las muxes puede ser muy difícil para muchas personas que no están tan abiertas a la situación del tercer género”, relata.

Finlandia se centra en tres historias genéricas que podrían pasar en cualquier parte del mundo; Mariano, quien se descubre muxe, pero su madre no lo acepta porque quiere que sea sacerdote; Amaranta vive con su padre abusador y Delirio, la matriarca de la comunidad muxe y la madre que arropa y enseña a las demás a vivir.

Finlandia se proyectará en la Cineteca Nacional, de la Ciudad de México, a partir del 2 de noviembre

“Puedo ver a las muxes como mexicano, pero también como extranjero, viví 20 en México y 20 en España, esto me ha permitido ver mi cultura desde fuera de esta burbuja y entenderla de otra manera; ahora que estoy más lejos es cuando estoy más conectado con mi cultura.

“He utilizado a los muxes para hacer un reflejo de lo que ha pasado en mi vida, conozco a muchas personas del tercer género en España y puedo ver que hay cosas que se asemejan, que no hay que ser muxe para pasar por estas situaciones como discriminación y violencia”, añade Alcalá.

Sobre la apropiación cultural y las muxes

Además de explorar la cosmovisión de las muxes, Horacio Alcalá quiso plantear el tema del plagio. Para ello, incorpora a la historia a Marta, una diseñadora española que viaja a Oaxaca para inspirarse y hacer una nueva colección.

Sin embargo, en el transcurso de su viaje, se descubre que Marta roba los diseños de los bordados de trajes tradicionales, acción que pone sobre la mesa los límites de la inspiración y a lo que se le podría denominar como plagio, copia y apropiación.

“Quería poner el tema del plagio sobre la mesa, no hago un juicio, pongo las dos caras de este conflicto y que a partir de esta película empiece el diálogo sobre la aportación cultural”, detalla.

La situación se complejiza cuando se descubre que, incluso, la empresa donde pertenece Marta es plagiada por otras.

Por lo que Horacio indica que, lamentablemente, es una situación que pasa constantemente en el terreno de la moda.

“Estos personajes me ayudan a profundizar, porque existen juicios muy conocidos de esta situación, donde se les ha ganado a las marcas. Nos queda un recorrido muy extenso porque no solamente existe el plagio en comunidades, nosotros no plagiamos, pero no valoramos el trabajo, siempre regateamos y tratamos de pagar tres pesos por el trabajo artesanal de las comunidades. A lo mejor la situación es peor, pero es una denuncia de lo que está sucediendo”, manifiesta.

“Lo más importante ha sido la participación de las propias muxes y mostrar su vida”

Finlandia lleva al espectador a través de un viaje entre silencios, colores y paisajes donde sus protagonistas luchan por ser escuchadas sin juicios, que su cultura sea respetada para vivir dignamente.

Pero, también, es una cinta sobre el amor y de cómo este sentimiento tiene el poder para mantener vivo a alguien con una ilusión cuando no te queda nada más.

“Marta y Amaranta se enamoran, se quieren y van en contra de todo lo establecido en su cultura, es como un Romeo y Julieta, logran quererse y compartir sus sentimientos”, abunda.

Cuando Horacio Alcalá escribió Finlandia fue por una causa totalmente personal e íntima; no obstante, ahora la ve como algo universal, pues toca temas con varios matices y perspectivas.

“Nunca voy a terminar de profundizar en las muxes, tienen un mensaje de  resistencia para el mundo, el cual está deseoso de escuchar a personas como ellas, son necesarias para dar un mensaje de esperanza. Todos tenemos en la cabeza un Finlandia, lugar donde vamos cuando no podemos o queremos estar en este sitio porque es demasiado grotesco y queremos volar y transportarnos.

“Finlandia es un sitio para escapar y sentirse mejor, que quizá no es físico, sino que es más emocional”, concluye.

Otros elementos

Los colores son parte primordial en Finlandia, la cual fue hecha el 90 por ciento con luz natural; además está inspirada en la estructura de la pintura flamenca.

“Incluso, Amaranta menciona el amarillo esperanza, se vuelve un elemento para sacar sus emociones. En la post-producción no añadimos color, dejamos tal cual son para mostrar los colores de Oaxaca.

La cinta contó con la participación de músicos oaxaqueños, quienes compusieron gran parte de la banda sonora.

Actualmente Horacio Alcalá está en la pre-producción de la cinta Sobre las obras, un falso biopic sobre Sara Montiel que denomina como realismo mágico y una comedia surrealista.

Fuente: reporteindigo.com

Cine

Expertos denuncia un gran error histórico de Napoleón de Ridley Scott

   MADRID – Napoleón de Ridley Scott llega a los cines este viernes 24 de noviembre. Joaquin Phoenix da vida al líder militar francés en la cinta, que ya ha recibido diversas críticas por su presunta falta de rigor histórico. Unas acusaciones que, el propio director ha calificado de «absoluta giliipollez», pero que siguen llegando.

   En una escena del filme se puede ver cómo las tropas francesas lideradas por el emperador disparan con cañones contra las pirámides de Giza, algo que aparentemente nunca ocurrió. «No sé si él hizo eso. Pero fue una forma rápida de decir que tomó Egipto», declaró Scott a Times of London.

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   No hay evidencia de que los invasores franceses lanzaran artillería contra las pirámides, o de que las tropas de Napoleón dispararan a la nariz de la Esfinge. «Por lo que sabemos, Napoleón tenía en alta estima la Esfinge y las pirámides y las utilizó como medio para impulsar a sus tropas a una mayor gloria», ha declarado a New York Times Salima Ikram, profesora de Egiptología en la Universidad Americana de El Cairo. «Definitivamente no disparó», añadió.

   Algunos historiadores han criticado a Scott, pero al menos otros esperan que Napoleón genere interés en los acontecimientos reales que inspiraron la película. Y aunque Napoleón no disparó a las pirámides, su invasión de Egipto tuvo un profundo efecto en la herencia cultural egipcia. «En última instancia, la campaña es una derrota: los franceses pierden y son expulsados«, explicó Alexander Mikaberidze, profesor de la Universidad Estatal de Luisiana en Shreveport especializado en historia napoleónica.

   La campaña francesa en Egipto de 1798 a 1801 fue impulsada por las ambiciones coloniales de Napoleón, pero, además, tomó la decisión de invitar a más de 160 expertos en campos como la botánica, la geología, las humanidades y otros para acompañarle en la invasión. «Había un interés real por parte de los expertos y, creo que por extensión, un interés real por parte de Napoleón por poder comprender estas cosas a las que los europeos no habían tenido acceso ilimitado desde el período clásico», dijo Andrew Bednarski, académico de la Universidad Americana de El Cairo que se especializa en egiptología e historia del siglo XIX. En su esfuerzo por documentar el vasto patrimonio arqueológico de Egipto, los estudiosos franceses se apoderaron de muchos elementos importantes, incluida la Piedra Rosetta, una roca con inscripciones en tres idiomas que resultó fundamental para descifrar los antiguos jeroglíficos egipcios. La piedra y muchos otros botines terminaron en manos británicas después de que cayera el control francés sobre Egipto en 1801. Para entonces, Napoleón había regresado a Francia.

Tras la fallida campaña, la noticia de las maravillas culturales que escondían los desiertos de Egipto se extendió por toda Europa e impulsó una nueva ola de egiptomanía global. Este apetito insaciable por las antigüedades egipcias ha dado lugar a siglos de exploración, excavación y expolio de la vasta cultura de la región. Desde la invasión de Napoleón, buscadores y comerciantes han sacado de Egipto innumerables tesoros, muchos de ellos a través de canales clandestinos y abiertamente criminales.

Como resultado, muchos de los elementos más icónicos del Antiguo Egipto, incluida la mencionada Piedra Rosetta y el busto de Nefertiti, se encuentran en museos y colecciones privadas lejos de su país de origen.

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