Médicos Sin Fronteras (MSF) elevó hoy a 22 la cifra de muertos por el bombardeo perpetrado ayer por Estados Unidos contra un hospital de la organización en Kunduz (norte de Afganistán), lo que supone tres víctimas más que en el último recuento, con 12 trabajadores de la ONG y 10 pacientes fallecidos.
De igual forma, la organización anunció la suspensión de sus actividades en Kunduz a causa del ataque.
El hospital de MSF ya no está en condiciones de funcionar”, afirmó la portavoz de la Organización No Gubernamental (ONG) en Afeganistán, Kate Stegeman, quien dijo no tener claro si el centro de salud volverá a abrir sus puertas un día.
Los pacientes que se encuentran en estado crítico han sido transferidos hacia otros establecimientos médicos. Ningún empleado de MSF sigue trabajando en el hospital”, añadió.
En un comunicado, Joan Tubau, director general de la ONG en España, definió el ataque como «una grave violación del derecho internacional humanitario».
Tubau señaló que «bajo la clara presunción de que se ha cometido un crimen de guerra, MSF exige que un órgano internacional independiente lleve a cabo una investigación profunda y transparente del incidente», al declarar como «insuficiente» la investigación anunciada por Estados Unidos, que es «parte del conflicto».
El director insistió en la gravedad de lo sucedido, al reiterar que «el edificio principal del hospital, donde el personal médico cuidaba de los pacientes, fue alcanzado repetidamente y de forma muy precisa durante los ataques aéreos».
Tubau criticó además que, en contra de lo que afirmaron algunos, como varias autoridades afganas, no había talibanes en el recinto, sino «personal de MSF y pacientes» y aseguró que ninguno de sus trabajadores informó de «enfrentamientos» en su interior.
Un extremo que ya había respaldado MSF con anterioridad, al señalar que las puertas del complejo sanitario habían permanecido «cerradas toda la noche, y cuando ocurrió el bombardeo solo había allí personal médico, pacientes y guardas».
GOBIERNO AFGANO JUSTIFICA BOMBARDEO
Sin embargo, el portavoz del Ministerio del Interior afgano, Seddiq Seddiqi, justificó ayer el bombardeo estadunidense contra el hospital de MSF por la presencia allí de talibanes.
Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF (por el bombardeo), pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital», dijo ayer Seddiqi, que añadió que los ‘10-15 terroristas’ que entraron en el centro murieron en el ataque.
Su homólogo en el Ministerio de Salud, Wahidullah Mayar, criticó hoy esa postura, y sentenció que «cualquiera que fuera la situación, va en contra del derecho internacional humanitario bombardear un hospital repleto de personal médico y pacientes».
El bombardeo se produjo en el marco de la toma de Kunduz el pasado lunes por los talibanes, la victoria más importante de los insurgentes desde que fueron sacados del poder en 2001, y la posterior reconquista el jueves de la ciudad por parte de las tropas afganas, con apoyo aéreo estadounidense.
Según fuentes policiales, desde el lunes han muerto unos 400 talibanes y 80 civiles en los enfrentamientos en Kunduz.
Fuente Excélsior