Investigadores de la Universidad Thomas Jefferson (Estados Unidos) demostraron que el humo del cigarrillo reprograma las células que rodean a las células cancerosas, y ayuda así a impulsar la agresividad del cáncer de cabeza y cuello, el sexto tipo de tumor más frecuente del mundo y que surge en la capa externa de la piel y las membranas mucosas de la boca, la nariz y la garganta.
El humo del cigarrillo cambia el metabolismo de las células, haciendo que los tumores sean más eficientes como ecosistema para promover el crecimiento del cáncer», explica Ubaldo Martinez-Outschoorn, líder de esta investigación, que se ha publicado en la revista ‘Molecular Cancer Research’.
Los tumores están compuestos de células cancerosas que crecen fuera de control y de células no cancerosas que ‘sostienen’ el tumor. Más de la mitad de las células de los tumores son células de apoyo y crean lo que los científicos llaman el estroma tumoral. El tipo de célula más común en el estroma tumoral son los fibroblastos, que ayudan a mantener la arquitectura de los tejidos.
Las interacciones entre los fibroblastos y las células cancerosas promueven el crecimiento del tumor. Las células cancerosas utilizan productos metabólicos generados por los fibroblastos circundantes para obtener energía y estimular su crecimiento. «Ahí es donde los tumores son más agresivos», detalla el investigador.
Sabiendo que el humo del cigarrillo es el factor de riesgo más fuerte para este tipo de cáncer, los investigadores se plantearon entender mejor cómo cambia el metabolismo de las diferentes células del tumor. Para ello, expusieron los fibroblastos al tabaco. Según su estudio, los fibroblastos aumentaron un tipo particular de metabolismo llamado glicólisis, que produce metabolitos que son usados por las células cancerosas cercanas para ayudar a estimular su crecimiento.
Además, estas células cancerosas adquirieron ciertas características de malignidad, como una mayor movilidad y resistencia a la muerte celular. El mayor apoyo de los fibroblastos expuestos al tabaco causó tumores más grandes en un modelo de ratón de la enfermedad. Además, también encontraron una proteína en los fibroblastos expuestos al tabaco que parecía impulsar estos cambios metabólicos.
La proteína, llamada transportador de monocarboxilato 4 (MCT4), es un mecanismo importante por el cual el humo del cigarrillo ejerce agresividad contra el cáncer, y hemos demostrado cómo manipularlo y, con suerte, revertirlo. También hemos visto que los fibroblastos expuestos al humo interactúan con otras células del estroma tumoral, como las células del sistema inmunológico», detalla Martinez-Outschoorn.
Este descubrimiento ha sentado las bases de un futuro ensayo clínico en el que esperan poder ‘apagar’ el estado metabólico negativo inducido por el humo del cigarrillo. El estudio combinará un medicamento aprobado para la diabetes llamado metformina, que se dirigirá al metabolismo alterado de las células cancerosas, con una inmunoterapia también aprobada llamada durvalumab.
Excelsior