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Inaugura López Obrador primera etapa de Santa Lucía

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En el marco del Día de la Fuerza Aérea Mexicana, el presidente encabeza esta mañana la inauguración de la base aérea militar del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), misma en la que desde hoy ya podrán aterrizar aeronaves comerciales y de la Sedena.

Estas nuevas instalaciones que visita hoy el mandatario se ubican base aérea militar número 1, que están en Zumpango, en el Estado de México, a un lado de donde se construye el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles.

En Palacio Nacional, el mandatario destacó esta mañana que las obras, que están a cargo de ingenieros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), van por buen camino y muestra de ello es la inauguración que hoy hará de la base militar a un costado de este espacio.

“Es un aeropuerto militar y civil, es el más importante que se esté construyendo en el mundo y es un fenómeno de la ingeniería civil, porque se está haciendo en un tiempo récord. Esto es una hazaña de la construcción”, comentó previo a viajar en un Boing 737-800 a Santa Lucía.

Además informó que comparado con los 300 mil millones de pesos que costaría el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en Texcoco, el AIFA costará sólo 75 mil millones de pesos, lo que permitirá al gobierno un ahorro de 225 mil millones de pesos.

De acuerdo con el Gobierno federal, esta es la primera inauguración de este aeropuerto que se prevé comience a operar a partir del 21 de marzo 2022.

El mandatario es acompañado por el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), el general Luis Cresencio Sandoval; de la Marina, Rafael Ojeda; por la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum; los goebrnadores del Estado de México e Hidalgo, Alfredo del Mazo y Omar Fayad, respectivamente.

Fuente: Excelsior

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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