El mural creado con aerosoles en el complejo conocido como 5Pointz era un verdadero museo al aire libre en constante transformación. Estaba situado no muy lejos del puente que conecta Manhattan con Queens, en Long Island City. Cubría hasta el último centímetro de las fachadas de un viejo almacén abandonado. La obra fue destruida hace cuatro años para en su lugar construir un edificio de apartamentos de lujo. Este lunes, un juez decidió que el dueño de la estructura debe compensar a sus creadores con 6,7 millones de dólares (5,4 millones de euros) por los daños.
Los artistas usaron las paredes del edificio en Jackson Avenue durante dos décadas para expresarse con el espray. Contaban con el consentimiento de Jerry Wolkoff, el dueño de la propiedad. Pero su destrucción alimentó un intenso debate sobre si los grafitis deben ser considerados como un arte que debe ser protegido o si el propietario del edificio tenía plenos derechos sobre la obra que se creó en sus paredes. Esas fueron las dos preguntas esenciales a las que debía responder los seis miembros del jurado que siguió las deliberaciones.
El juicio concluyó el pasado mes de noviembre en el barrio de Brooklyn. Duró tres semanas. Los 21 artistas que participaron en la demanda basaron su acción en una legislación, la Ley de Derechos de los Artistas Visuales de 1990, que permite prevenir la destrucción intencionada o negligente de cualquier trabajo de amplio reconocimiento público. Los paneles pintados con aerosoles podían verse perfectamente al llegar a la estación elevada de la línea 7 de metro, en Davis Street, con Manhattan al fondo.
El nombre 5Pointz hacía referencia a los cinco barrios de Nueva York uniéndose en un único lugar. Wolkoff dio acceso a los artistas a su propiedad en 1993. El lugar se convirtió desde entonces en un imán que atrajo a cientos de artistas del grafiti, que durante semanas podían exponer sus creaciones. Algunos trabajos eran permanentes. Tenían hasta su propio curador, un artista conocido como MeresOne, que ponía orden en esta muestra abierta al cielo. Se calcula que se crearon cerca de 11.000 piezas, que se fueron superponiendo una sobre otra.
Los murales de 5Pointz se convirtieron en una atracción turística y el espacio fue utilizado como escenario en películas como “Now You See Me”. Hasta que Wolkoff procedió a cubrir el mural con pintura blanca en octubre de 2013. Era solo el primer paso de un destino fatal. El edificio fue derribado para prepara el terreno para la construcción de la torre en 2015. El propietario defendió durante el proceso que los artistas sabían que el edificio tenía los días contados.
Técnica, maestría y visión
Los grafiteros pensaron incluso en comprar el edificio, pero su valor se disparó a más de 200 millones. El barrio de Long Island City lleva años en un intenso proceso de transformación, con bloques residenciales que se alzan abriéndose espacio entre los almacenes. El misterioso artista británico Banksy pidió que el edificio no fuera derribado, para que se pudiera preservar este espacio que en su día fue considerado como la mayor exposición de arte urbano del mundo.
Los artistas nunca firmaron un contrato con el dueño del edificio o un papel por escrito que les vinculara a la propiedad, lo que dificultaba su causa. El jurado, sin embarg, se puso del lado de los artistas, al considerar que debían ser compensados por el daño causado a 36 de sus obras. El juez federal Frederic Block no solo confirmó su recomendación, sino que con su sentencia amplia a 45 el número de obras que se merecían haber sido protegidas sobre la base de la legislación vigente.
Block consideró que la colección artística que se exponía en las paredes era de gran calidad y destacó la técnica, la maestría y la visión utilizada por sus creadores, “que merecía haber sido expuesta en museos de renombre”. También indicó al argumentar su decisión que las paredes de 5Pointz fueron pintadas por artistas llegados de Londres y que otras tablas fueron productos de prestigiosas escuelas de arte. “Muchos hablan de problemas sociales de nuestro tiempo”, añadió.
Legado
Eric Baum, el abogado de los artistas, insiste en que 5Pointz era un lugar para exponer arte y el edificio ofrecía una estructura importante para ello. Por eso considera que el veredicto final representa una importante victoria para los maestros del aerosol en todo Estados Unidos. “El mensaje es muy claro”, insiste, “el arte protegido por la legislación federal debe ser cuidado y no destruido”. El espíritu de 5Pointz, concluye, “seguirá así vivo durante generaciones».
«Era un templo», recuerda MeresOne, «aunque nunca podrá ser sustituido, esta sentencia es un paso momumental para nuestra cultura y nuestra forma de arte». El grafitero neoyorquino espera que esta decisión contribuya a «cambiar la percepción» que se tiene hacia el arte callejero. Renee Vara, una experta en arte que testificó a favor del colectivo, cree que de esta manera se está reconociendo también el trabajo de artistas que se han formado así mismo.
El juez Block citó, además, que el crimen se redujo en el barrio gracias a esta colección. También reconoció, en todo caso, que no habría impuesto una compensación tan elevada si el propietario hubiera esperado al menos 10 meses a realizar la demolición, para que pudieran haber salvado algunas pinturas. Wolkoff tiene intención de recurrir la sentencia.
Fuente: El País