El gobierno lleva a cabo este miércoles una licitación petrolera en la que compiten firmas de Estados Unidos, Asia y Europa, que por primera vez pueden acceder a esta industria desde que fue nacionalizada en 1938.
El gobierno subasta 14 bloques en aguas poco profundas del Golfo de México, con una superficie de unos 4 mil 200 kilómetros cuadrados y valorados en unos 17 mil millones de dólares.
La licitación es el punto culminante de la reforma energética promulgada en 2014 por el presidente Enrique Peña Nieto después de un acalorado debate en el Congreso, donde partidos de izquierda se opusieron a abrir el sector petrolero, considerado un símbolo de la soberanía nacional, a las empresas privadas.
Este evento podría dar un breve respiro al gobierno de Peña Nieto de la humillación sufrida este fin de semana con la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, de un penal de máxima seguridad, su segunda evasión en 14 años.
Siete consorcios y 18 empresas han clasificado para participar en la puja, que será transmitida en directo por cadenas locales y estará abierta al escrutinio público.
Se espera que 90 minutos después de depositadas en urnas las ofertas se procederá a la apertura de sobres y el análisis de las propuestas.
Los precios mínimos de cada uno de los bloques, establecidos por el gobierno, serán conocidos a la par de las pujas. La oferta ganadora deberá al menos igualar el precio inicial y de no haber alguna que cumpla el requisito, el bloque será declarado desierto y reasignado en una próxima licitación.
“No vamos a malbaratar los recursos petroleros de la nación”, dijo el lunes en rueda de prensa el secretario (ministro) de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, quien de antemano advirtió que, en base a las experiencias internacionales, difícilmente se adjudicarán todos los bloques.
“Nuestro objetivo adecuado es una franja (de adjudicación) de entre 30 por ciento y 50 por ciento de los 14 bloques”, estimó.
La Jornada