La iglesia católica inicia este miércoles 10 de febrero la Cuaresma con la imposición de la ceniza, un ritual que simboliza para los fieles la humildad y la imitación del cuerpo como un ser finito.
La ceniza, que se deposita en la cabeza o en la frente , de obtiene de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior y significa el comienzo de la preparación que el católico realizará para la llegada de la Pascua.
Este signo tiene mucha historia en la iglesia, es una tradición bastante antigua, hablamos del Siglo IV en el que en la Iglesia romana ya se instaló la imposición de la ceniza para el inicio de la Cuaresma.
¿Y la Cuaresma?
Los cuarenta días en los que los cristianos se preparan para la Pascua. Es considerado un tiempo de penitencia y de purificación.
¿Quién lo celebra?
Las iglesias católica, ortodoxa, calvinista, anglicana, luterana, metodista y las ortodoxas orientales.
¿Cuánto dura?
Depende de la iglesia. En el rito latino (el de España) comienza hoy, Miércoles de Ceniza, y termina el Jueves Santo.
¿Por qué 40 días?
El número remite a numerosos episodios bíblicos: los cuarenta días del diluvio, los cuarenta años que marchó el pueblo judío por el desierto, los cuarenta días que pasaron Moisés en el Sinaí con Dios o Elías en la montaña, los cuarenta días de Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, etcétera.
¿Desde cuándo se hace?
Ya en el siglo II hay referencias a un ayuno antes de la Pascua. Entonces, su duración variaba. En el siglo IV se fijó en los 40 días actuales.
¿Qué significado religioso tiene?
Es un periodo para «dirigir el espíritu hacia las realidades que son verdaderamente importantes» y mostrar «que hace falta un esfuerzo evangélico y una coherencia de vida», como reza el documento redactado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de la Curia Vaticana. El color litúrgico de este tiempo es el morado, que significa luto y penitencia.
¿Y qué tienen que hacer los creyentes?
La Iglesia llama a los fieles a confesar sus pecados graves, hacer buenas obras, ser solidarios con los que sufren y a renunciar a lo superfluo y suntuoso. La práctica más conocida y visible, sin embargo, es el ayuno. Es característica de este tiempo litúrgico desde la antigüedad como una renuncia a las necesidades de la vida terrenal, pero ha evolucionado con el tiempo. Era mucho más estricta, mientras que ahora se opta por fórmulas más parciales. En España, por ejemplo, se renuncia a la carne el Miércoles de Ceniza y los viernes de la Cuaresma.