Los templos religiosos del estado se han protegido ante los amantes de lo ajeno, pues han instalado alarmas y, en algunos otros, hasta cámaras de video- vigilancia, reconoció el vocero de la Diócesis de Aguascalientes, Carlos Alvarado.
“Todos los templos tienen alarmas, pero algunos se han mentido más a fondo, a la cuestión de las cámaras”, aseveró el religioso.
Pese a ser una de las entidades más seguras del país, en Aguascalientes, los sacerdotes son los que se encargan de implementar las acciones necesarias para evitar el robo de arte sacro pero, además, para evitar que los fieles que acuden a realizar sean presa fácil de la delincuencia.
Carlos Alvarado reconoció que la ciudad da una mala imagen con las cámaras de seguridad, pero éstas son necesarias para estar protegidos.
“Damos una mala imagen, verdad, de tener cámaras… por un lado, como una mala imagen, porque todos estamos resguardados por camaritas, todos nos están vigilando… esto lo hacía de reflexión una familia cuando ha visto cámaras en los templos”, expuso.
“Entre sacerdotes se ha hecho la reflexión y no se ha llegado a un acuerdo con el señor obispo, de decir: ‘todas las iglesias deben tener este medio de seguridad’, algunos padres toman la iniciativa porque son los que custodian los templos.”
Los fieles reconocen que la inseguridad en los templos de la entidad ha ido en incremento al ser víctimas de la delincuencia, como María Elena Silvestre, quien fue testigo del robo de la alcancía de un santo en el interior del templo del Santo Niño de Atocha, en donde varios sujetos llegaron a bordo de un autobús para apoderarse de la alcancía.
“Un día estábamos en oración y llegó un camión y entró por la alcancía completa de un santo, y todos estábamos en oración.”
Las cámaras de seguridad y la instalación de alarmas han dado resultados al inhibir los robos, aunque para un sector de la población se ha quitado la intimidad que se tenía en los recintos sagrados durante la oración.