Las autoridades religiosas chinas iniciaron este jueves una investigación sobre un célebre monje budista, acusado de haber acosado sexualmente a seis monjas, una denuncia desmentida por su monasterio.
Un informe de 95 páginas, elaborado por dos antiguas monjas y difundido por internet a principios de esta semana, provocó un gran escándalo que salpicó al maestro Xuecheng, miembro del Partido Comunista, y al monasterio Longquan, que él dirige.
Acusan a esta eminente figura religiosa de enviar mensajes de móvil con un tono desinhibido o amenazante, a seis monjas para forzarlas a mantener relaciones sexuales con él.
Cuatro de ellas aceptaron su petición, ya que les aseguró que el sexo formaba parte de su formación budista, según el informe, que también denunciaba la situación precaria de las finanzas del monasterio.
«Recibimos los elementos y el contenido descrito en el informe y empezamos una investigación y un trabajo de verificación de estas afirmaciones», indicó el jueves la administración estatal encargada de los asuntos religioso. Esta aseguró tomarse «muy en serio» las acusaciones.
Según el diario oficial Global Times, las autoridades convocaron e interrogaron a Xuecheng, pero lo dejaron enseguida en libertad.
El monasterio de Longquan desmintió en un comunicado estas acusaciones. Además, criticó que en el informe aparecen «pruebas traficadas» y denunció «un intento deliberado para perjudicar» al maestro Xuecheng y su monasterio.
«Este incidente surgió por el deseo de venganza», insistió el monasterio de Longquan, que pidió al gobierno y las autoridades religiosas que investiguen a la acusación.
Xuecheng, el jefe de la Asociación budista china y miembro de la cámara consultiva del Parlamento chino, es toda una celebridad en China, donde millones de fieles siguen con atención sus publicaciones en su cuenta de Weibo, el equivalente de Twitter en el gigante asiático.
En el extrarradio de Pekín, su monasterio intenta conciliar las exigencias espirituales del budismo con un uso de las nuevas tecnologías. En este templo el año pasado, un robot inteligente hacía de monje, conversando sobre los mantras y los principios del karma con los visitantes.
El informe que acusa al maestro Xuecheng y las reacciones en las redes sociales fueron rápidamente censuradas.
En una publicación en un microblog, uno de los autores del informe explicó que se sintió obligado a difundir estas informaciones, ya que los supuestos abusos fueron ignorados por las autoridades, que prefirieron no iniciar una investigación contra el célebre maestro budista.
En China, no existe ninguna definición legal del abuso sexual, una práctica muy extendida en este país.
La campaña del #MeToo, que tuvo un impacto mundial tras la revelación del caso Weinstein, motivó a estudiantes chinas a denunciar casos de agresiones y de acoso sexual en campus universitarios. La toma de consciencia sobre esta cuestión sigue bajo control del gobierno chino.