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Resto del mundo

Irán acusa al barco de EE.UU. de «provocación» por los disparos de advertencia

Los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán se han pronunciado este martes sobre el reciente incidente en el estrecho de Ormuz, tachando de «provocación» los disparos de advertencia realizados por un barco de la Guardia Costera estadounidense ante el acercamiento de naves iraníes.

Asimismo, Teherán respondió a las acusaciones de Washington culpando igualmente a los barcos estadounidenses de «comportamiento no profesional». Según los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, desde las naves estadounidenses se efectuaron vuelos de helicópteros, lanzamientos de bengalas y disparos «provocadores y sin rumbo».

En un comunicado recogido por los medios locales, los militares iraníes acusan al portavoz del Pentágono, John Kirby, de realizar declaraciones «falsas» sobre el incidente que no corresponden a la realidad y subrayaron que los buques de la Guardia Revolucionaria «mantuvieron una distancia legal en el marco de las instrucciones y reglamentos marítimos» cuando advirtieron a los barcos de EE.UU. sobre «su peligroso comportamiento».

  • Según el Pentágono, 13 naves de Irán se acercaron a 137 metros de distancia a seis barcos estadounidenses que estaban escoltando al submarino de misiles guiados Georgia. Fue entonces cuando su cúter de la Guardia Costera efectuó 30 disparos desde una ametralladora de calibre 50 para que los buques iraníes se dieran la vuelta y se alejaran. Sin embargo, los iraníes afirman que durante el incidente había siete barcos de EE.UU.

«Son los estadounidenses quienes a través de su presencia ilegítima se han convertido en el centro de la inestabilidad», declararon los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, que acusaron a EE.UU. de generar amenazas e inseguridad en  el estrecho de Ormuz, el golfo Pérsico y el resto de la región.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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