James Comey, exdirector del Buró Federal de Investigaciones (FBI), fue acusado formalmente de obstrucción de un procedimiento del Congreso y de realizar declaraciones falsas, cargos que derivan de su participación en la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016.
La imputación representa un paso inédito y polémico dentro de la estrategia del expresidente Donald Trump para procesar a figuras que considera sus adversarios políticos.
Una relación marcada por la confrontación con Trump
Comey y Trump han mantenido un largo historial de enfrentamientos. El exdirector del FBI fue despedido abruptamente en 2017, en medio de la investigación sobre los posibles vínculos de la campaña presidencial de Trump con Rusia. Días después, el propio mandatario reconoció que la decisión estuvo ligada a esa pesquisa, contradiciendo la versión oficial de la Casa Blanca.
Tras conocerse los cargos en su contra, Comey aseguró en un video publicado en Instagram:
“Soy inocente. Así que vamos a juicio. Mi familia y yo sabíamos que habría costos por enfrentar a Donald Trump, pero no viviríamos de otra manera”.
Su influencia en la elección de 2016
Comey fue considerado una figura clave en la contienda entre Hillary Clinton y Donald Trump. Apenas 11 días antes de los comicios, anunció que el FBI revisaría nuevos correos electrónicos vinculados a Clinton, hallados en el computador del excongresista Anthony Weiner, esposo de la asesora Huma Abedin. Aunque días después concluyó que no había base para acusarla, la candidata demócrata aseguró que ese episodio fue decisivo para su derrota.
Otros episodios polémicos
En mayo de 2025 fue interrogado por el Servicio Secreto tras publicar en redes una foto con conchas en la playa formando el mensaje “86 47”. Para algunos republicanos, fue una alusión a “deshacerse” del presidente número 47 (Trump). Comey negó cualquier intención violenta y explicó que se trataba de una referencia a un término usado en restaurantes.
Como fiscal y funcionario, participó en investigaciones de alto perfil: el caso Whitewater en 1996, el atentado contra las Torres Khobar en 2001, y los cargos contra Martha Stewart en 2003 por fraude y obstrucción de la justicia.
Fue subsecretario de Justicia bajo George W. Bush y, en 2013, el Senado lo confirmó como director del FBI con una votación abrumadora de 93 a 1.
Próximos pasos
Su comparecencia judicial está programada para dentro de dos semanas. Si bien el proceso legal apenas comienza, el caso promete reavivar la división política en Estados Unidos, pues enfrenta a uno de los funcionarios más visibles del sistema judicial estadounidense contra el expresidente y actual mandatario, Donald Trump.