El tifón Jebi, el más poderoso en llegar a Japón en 25 años, causó este martes la inundación del aeropuerto internacional de Kansai, Osaka, y otras graves interrupciones del transporte, además de cuantiosos daños materiales al oeste del archipiélago.
El fenómeno meteorológico golpeó con violencia la mitad occidental del país asiático dejando a su paso precipitaciones torrenciales, desbordamientos de ríos, un fuerte oleaje que invadió costas y puertos, y vientos huracanados que superaron los 210 kilómetros por hora, según la Agencia Meteorológica nipona (JMA).
Al menos dos personas han fallecido y unas 120 han resultado heridas, según la cadena estatal NHK, en accidentes causados sobre todo por las rachas de viento, las cuales arrancaron fragmentos de techos y de fachadas de numerosos edificios en ciudades como Kioto u Osaka, y voltearon centenares de automóviles e incluso camiones y autobuses.
En Osaka, el aeropuerto internacional de Kansai quedó repentinamente inundado por el mar, lo que causó la cancelación de 205 vuelos y dejó a varios centenares de pasajeros temporalmente atrapados dentro de una terminal, según un portavoz del aeródromo.
El oleaje desencadenado por el tifón provocó que el nivel del mar se elevara en 2.4 metros en la Bahía de Osaka, donde se encuentra este aeropuerto, el tercero con más tráfico aéreo del país tras los de Haneda y Narita (Tokio).
Las pistas de aterrizaje y la planta baja de una terminal quedaron totalmente inundadas, mientras que el puente que conecta la isla artificial que alberga al aeropuerto con la costa de Osaka tuvo que ser cerrado ante las condiciones meteorológicas extremas.
Unos 700 vuelos nacionales e internacionales han sido cancelados este martes en todo el país, según los datos ofrecidos por las aerolíneas nacionales, mientras que los operadores ferroviarios suspendieron el servicio de las dos principales líneas de Shinkansen de la mitad occidental del archipiélago.