Conecta con nosotros

Resto del mundo

Joe Biden se arrepiente de decir que era el momento de poner a Donald Trump ‘en la diana’

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha admitido que fue un «error» decir que era el momento de poner a Donald Trump «en la diana», días antes de que el expresidente de ese país sobreviviera a un intento de asesinato.

El candidato presidencial, de 76 años, fue atacado a tiros por Thomas Matthew Crooks -que posteriormente fue abatido por agentes del Servicio Secreto- en un acto de campaña en Pensilvania el sábado 13 de julio, por lo que ahora Biden se ha retractado del comentario que hizo recientemente durante una llamada privada a un donante.

En declaraciones a Lester Holt, de la NBC, dijo: «Fue un error utilizar esa palabra. No, no dije diana. Me refería a centrarse en él. Centrarse en lo que está haciendo».

Sin embargo, Biden defendió otras descripciones hechas sobre su rival Trump, quien fue nominado oficialmente para ser el candidato presidencial de 2024 del Partido Republicano en una convención política en Milwaukee.

El presidente estadounidense aseguró: «¿Cómo hablas de la amenaza a la democracia, que es real, cuando un presidente dice cosas como las que él dice ¿Simplemente no se dice nada porque puede incitar a alguien?».

Cuando a Biden, de 81 años, le preguntaron por momentos en los que «parecía estar confuso», respondió: «Lester, mira… Lester, mira. ¿Por qué no hablas nunca de las entre 18 y 28 mentiras que dijo? ¿Dónde estás tú en esto? ¿Por qué la prensa nunca habló de eso? Veintiocho veces, está confirmado, mintió en ese debate. Tuve una mala, mala noche. No me sentía nada bien. Y había estado… bueno, no voy a hacer ninguna… metí la pata».

A principios de esta semana, Trump contó que esperaba que el atentado contra su vida «uniera al país».

Así lo aseguró al periódico Washington Examiner: «El discurso que iba a dar el jueves iba a ser un zumbido. Si esto no hubiera ocurrido, habría sido uno de los discursos más increíbles. Sinceramente, ahora va a ser un discurso totalmente distinto. Es una oportunidad para unir al país. Me dieron esa oportunidad… Es una oportunidad para unir a todo el país, incluso a todo el mundo. El discurso será muy diferente, muy diferente de lo que habría sido hace dos días».

La ex estrella de ‘Apprentice’ explicó que pasó de planear atacar las políticas de Biden y excitar a su base de votantes a subrayar su convicción de que el atentado ha cambiado por completo el curso de la campaña electoral.

Trump creyó que se había salvado de la muerte porque se apartó de la multitud para mirar una pantalla que mostraba datos que estaba utilizando en su discurso en el mitin.

Indicó: «La realidad se está imponiendo. Rara vez aparto la mirada de la multitud. Si no lo hubiera hecho en ese momento, bueno, no estaríamos hablando hoy, ¿verdad?».

Deportes

Wimbledon sin jueces de línea: el fin de una era que muchos ya extrañan

Por primera vez en sus 148 años de historia, Wimbledon ha eliminado por completo a los jueces de línea humanos, reemplazándolos con un sistema electrónico automatizado. Esta decisión marca un punto de inflexión en uno de los torneos de tenis más tradicionales del mundo, generando una mezcla de aceptación tecnológica y nostalgia por la humanidad que esta figura representaba en la cancha.

Pauline Eyre, quien fue jueza de línea en 16 ediciones del torneo, recuerda con orgullo su primera vez pisando el césped sagrado del All England Club a los 21 años. “Era un sentimiento extraordinario”, comenta. Lejos de haber soñado con ganar un trofeo como jugadora —ella misma se describe como una mala competidora juvenil—, su máximo orgullo fue formar parte del equipo de oficiales, un grupo que consideraba “visiblemente diferente y especial”.

Esa esencia humana es justo lo que, para Eyre y otros puristas, se pierde con esta transformación. Aunque el sistema electrónico —el mismo adoptado por el Abierto de Australia y el US Open— promete precisión absoluta, Eyre sostiene que el cambio elimina una parte esencial del deporte: la imperfección humana. “El tenis es sobre personas. Si le quitas la humanidad, estás quitando una parte fundamental del juego”, afirma.

La medida, anunciada por el All England Lawn Tennis Club en octubre pasado, responde a la intención de garantizar la máxima precisión en el arbitraje y ofrecer condiciones homogéneas para los jugadores, en línea con la mayoría de los torneos del circuito ATP y WTA. Sally Bolton, directora ejecutiva del club, explicó que la transición busca estandarizar el entorno competitivo. Sin embargo, incluso antiguos funcionarios como Andrew Jarrett, ex árbitro principal de Wimbledon entre 2006 y 2019, admiten que el cambio, aunque lógico desde el punto de vista tecnológico, tiene un “costo humano”.

Jarrett subraya que durante su gestión nunca se contempló seriamente eliminar a los jueces de línea, aunque reconocía que la introducción del sistema Hawk-Eye en 2007 marcaba el inicio de una posible transición. Para Eyre, ese momento fue revelador: “Hawk-Eye nos demostró que casi siempre teníamos razón”, dice, con cierta melancolía.

La eliminación de estos oficiales también impacta el futuro del arbitraje en el tenis. “¿Por qué un joven de 15 años querría ahora pasar sus fines de semana arbitrando partidos infantiles si ya no puede soñar con llegar a Wimbledon?”, cuestiona Eyre.

Entre los jugadores, la reacción es dividida. Aryna Sabalenka, número uno del mundo, considera que el sistema electrónico elimina controversias y aporta claridad, aunque reconoce estar «50/50». Por otro lado, Barbora Krej?íková y Frances Tiafoe expresaron su preferencia por el estilo tradicional, destacando el «fanfarroneo» y la interacción humana que ofrecían los desafíos a jueces de línea.

El sistema automático no está exento de fallas. Durante un partido de segunda ronda, el sistema emitió un llamado de «fuera» entre puntos, generando confusión y risas entre el público. Otros jugadores también señalaron que las señales automatizadas son a veces demasiado tenues para escucharse, especialmente en canchas con mayor ruido ambiental.

De los aproximadamente 300 jueces de línea que solían participar en Wimbledon, solo 80 permanecen este año como asistentes de cancha en caso de fallos técnicos del sistema.

Lo que antes era una aspiración para muchos —ser parte del torneo más prestigioso del mundo, aunque fuera desde los márgenes del terreno de juego— ahora queda relegado a la historia. Eyre, ahora comediante de stand-up, recuerda cuando fue abucheada por sancionar al favorito local Greg Rusedski o cuando John McEnroe la fulminó con la mirada por marcarle un error.

Con humor y algo de resignación, reconoce que los jueces de línea eran vistos como “jugadores fracasados y personas demasiado autoritarias”. Pero, en el fondo, lo hacían por amor al tenis. “Solo queríamos ser parte de algo que amamos”, concluye.

Y quizás, como muchas cosas en la vida, no sabíamos cuánto los íbamos a extrañar… hasta que desaparecieron.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto