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Opinión

Joe Biden: una compleja oportunidad. Por Caleb Ordóñez T.

Caleb Ordóñez T.

Caleb Ordóñez T.

La relación con el nuevo gobierno estadounidense arrancó con el pie izquierdo. Para algunos, el presidente mexicano ha querido una provocación para poder convertirse en el “defensor de la patria”.

Abrazado de la bandera mexicana, con una playera que muestra la caricatura de López Obrador, un inmigrante mexicano le gritaba al presidente en Washington: “¡Es un honor estar con Obrador!”, clamaba desesperado, era un entusiasta seguidor del tabasqueño que se asimilaba a un fanático de algún grupo de rock.

El mariachi resonaba al fondo, tocando El Rey”, aquel éxito del poeta popular José Alfredo Jiménez. Eran decenas de paisanos con pancartas y banderas mexicanas que esperaban ver a López Obrador. “Presidente, presidente”, coreaban al unísono, mostrando su emoción por recibirlo en Estados Unidos.

Todo esto sucedía el pasado 8 de julio de 2020, cuando AMLO visitaba a su entonces homólogo Donald Trump; una relación amistosa inesperada, que se fortalecía mientras los dos líderes se veían a los ojos y rendían pleitesía, el uno al otro. Todo eran sonrisas y buenas vibras. Sin embargo, las cosas cambiaron.

Han pasado más de seis meses luego de ese día y los escenarios son completamente distintos. No solamente Donald Trump perdió abruptamente en las elecciones del 7 de noviembre, sino que desde entonces la imagen y actitud del norteamericano ha menguado de manera deplorable. Sus seguidores más fieles han caído en la violencia y la sedición, al grado de ser catalogados como “terroristas y supremacistas blancos”.

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Opinión

El tren. Por Raúl Saucedo

Por las vías de los recuerdos y el futuro

En la actual era de la inmediatez y la conectividad a nivel mundial, donde la información
viaja a la velocidad de la luz, es fácil olvidar la importancia de las arterias que mueven el
mundo físico: las vías férreas son ejemplo de ello. Los trenes como gigantes de acero que
surcan valles y montañas, no son sólo reliquias del pasado, sino fueron clave fundamental
para el desarrollo económico y social de las naciones, y México fue la excepción.
A lo largo de la historia, el ferrocarril ha sido sinónimo de progreso. Desde la Revolución
Industrial, las vías férreas han tejido lazos entre pueblos y comunidades, impulsando el
comercio, la industria, el turismo y el intercambio cultural. Países como Estados Unidos,
China y Japón son ejemplos claros de cómo una robusta red ferroviaria puede ser el motor de
un crecimiento económico sostenido.
En México, la historia del ferrocarril está ligada a la propia construcción del país. El «Caballo
de Hierro», como se le conoció en el siglo XIX, unió a una nación fragmentada por la
geografía y las diferencias sociales regionales. Sin embargo, a pesar de su glorioso pasado, el
sistema ferroviario mexicano ha sufrido un prolongado periodo de abandono y desinversión.
Hoy, en un momento en que México busca consolidarse como una potencia regional y lograr
un desarrollo más equilibrado y sustentable, es imperativo revalorizar el papel del ferrocarril.
La construcción de nuevas líneas, la modernización de la infraestructura existente y la
promoción del transporte ferroviario de carga y pasajeros son acciones estratégicas que deben
estar en el centro de la agenda nacional.
Los beneficios de un sistema ferroviario eficiente reduce los costos de transporte, facilita el
comercio interior y exterior, y promueve la inversión en diversos sectores productivos,
permite conectar zonas marginadas con los principales centros urbanos e industriales,
impulsando el desarrollo local y la creación de empleos y un sistema ferroviario eficiente
ofrece una alternativa de transporte segura, cómoda y accesible para la población.
La actual administración federal ha mostrado un interés renovado en el desarrollo ferroviario,
con proyectos emblemáticos como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de
Tehuantepec, así como las futuras líneas a Nogales, Veracruz, Nuevo Laredo, Querétaro y
Pachuca.
Con estas obras México recuperara su vocación ferroviaria y aprovechara a mi parecer el
potencial de este medio de transporte para impulsar su desarrollo hacia el futuro.
El motivo esta columna semanal viene a alusión de mis reflexiones de ventana en un vagón
de tren mientras cruzaba la península de la hermana república de Yucatán y en mi cabeza
recordaba aquella canción compuesta en una tertulias universitaria que decía…”En las Vías
de la Facultad”

@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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