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Resto del mundo

Joven es hallada muerta luego de subir a un auto que confundió con Uber

La policía de Columbia, Carolina del Sur, arrestó a un hombre el sábado en relación con el asesinato de una joven estudiante universitaria de 21 años que fue visto por última vez el viernes temprano antes de que aparentemente se subiera a un automóvil que confundió con un Uber al que había llamado, el dijeron las autoridades.

La policía dijo en una conferencia de prensa el sábado por la noche que el cadáver de la mujer, Samantha N, fue encontrado el viernes en una zona boscosa del condado de Clarendon. Dijeron que creían que el hombre que habían detenido, Nathaniel D. de 24 años, había vivido recientemente cerca.

Nathaniel enfrentó cargos de asesinato y secuestro. Fue arrestado la madrugada del sábado cuando la policía lo encontró conduciendo un automóvil que se parecía al que había ingresado Samantha, dijo William H. Holbrook, jefe del Departamento de Policía de Columbia.

La policía no dijo si había alguna conexión conocida entre Samantha y Nathaniel.

La policía no compartió un posible motivo para el asesinato, pero el Jefe Holbrook le pidió al público que informara sobre las experiencias recientes de alguien que había intentado «atraerlos» a un vehículo de viaje compartido en el vecindario de Five Points, donde Samantha fue vista por última vez a las 2 Estoy el viernes entrando en un Chevrolet Impala negro.

La compañía dijo en una publicación de blog de 2017 que había recibido informes «de ciudades de todo el país sobre estafas de viaje compartido».

«Las personas no autorizadas pueden presentarse como conductores de viajes compartidos y dirigirse a personas que parecen estar distraídas o perjudicadas», dijo la compañía en ese momento, cuando inició una campaña de seguridad pública que ordenaba a los pasajeros verificar que el conductor y el automóvil coincidían con la información de sus aplicaciones.

Agencias

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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