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Joven intenta robar a jugadores de americano en EU; recibe una golpiza y queda irreconocible

Su idea parecía simple: cuando un grupo de jugadores de fútbol americano terminaran su práctica deportiva él les pediría un aventón, que por favor lo llevaran a su casa. Adentro del auto, en el momento menos pensado, desenfundaría su arma y los robaría. Pero el plan resultó equivocado y Angelo Drew Martínez recibió la peor paliza de su vida que le desfiguró el rostro.
Todo ocurrió en la noche del 11 de agosto en un campo de fútbol americano en Albuquerque, Nuevo México. Martínez, según cuenta un testigo, rondaba los alrededores del lugar y actuaba de forma extraña.
El joven, de 20 años, fue sorprendido por los jugadores intentando ingresar al automóvil que se encontraba en el estacionamiento, pero les explicó que necesitaba ir a un lugar y si lo podían llevar. Los tres deportistas, obrando de buena fe, no encontraron nada raro en la petición y accedieron.
Cuando estaban adentro del auto, Martínez no fue claro en cuál era su destino y dijo lugares distintos. Cuando por fin se decidió, en la puerta de una casa cualquier sacó su arma y les ordenó que se bajaran del vehículo.
Los tres jugadores de fútbol, mucho más grandes y fornidos que el joven ladrón, se bajaron sin oponer ninguna resistencia. De repente, antes de pisar el acelerador y emprender la huida, Martínez trastabilló torpemente con su arma en las manos.
Ese instante fue aprovechado por uno de los atletas que entró con rapidez al vehículo y le conectó una brutal trompada en la cara. Sus otros dos compañeros aprovecharon el momento y también lo golpearon para desarmarlo.
La Policía luego informó que la pistola que traía Martínez era falsa, pero que traía consigo un cuchillo. Como evidencia de los golpes quedó la foto tomada por las autoridades al momento del arresto.

Infobae

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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