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Salud y Bienestar

Jóvenes, los que más acuden a urgencias por congestión alcohólica

Pérdida de la conciencia, dificultad para respirar y aumento en la frecuencia cardíaca — taquicardia— son los síntomas derivados del abuso en la ingesta de alcohol, y los jóvenes y adolescentes son quienes primordialmente acuden a urgencias con este cuadro clínico, aseguró Cristhian Jiménez Chávez, titular del Servicio de Urgencias del Hospital 180 del IMSS.

Hospital General Regional (HGR) 180 del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Los efectos secundarios por el consumo excesivo se dan después de que el alcohol ‘pasa al torrente sanguíneo y no logra metabolizarse de manera adecuada’; también dijo que la complicación más grave de una intoxicación etílica es la falla renal: el organismo es incapaz de eliminar toxinas alcohólicas a través de los riñones”.

Además de que es probable que se sufra una baja de azúcar en la sangre; la intoxicación alcohólica se manifiesta y asegura cuando la persona consumidora registra más de 300 milímetros de alcohol en su sangre. Y, durante las festividades de diciembre, los accidentes e intoxicaciones etílicas protagonizan hasta un 50 por ciento de las atenciones” de urgencias.

El médico especialista del IMSS detalló que, aunque alrededor del 60 por ciento de los pacientes con intoxicación pertenecen al género masculino, este diagnóstico cada vez está reincidiendo más entre las féminas; de hecho, el impacto de una intoxicación alcohólica puede ser significativamente más severo en una paciente del sexo femenino.

Excelsior

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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