La leyenda del boxeo mexicano, Julio César Chávez, protagonizó un tenso momento durante la pelea en la que su hijo, Julio César Chávez Jr., fue derrotado por decisión unánime a manos del influencer y boxeador Jake Paul, en un combate celebrado en el Honda Center de Anaheim, California.
El combate de 10 rounds terminó con una clara victoria para Paul, quien dominó de principio a fin a un Chávez Jr. que volvió a decepcionar, pese a las altas expectativas que lo rodeaban. Para muchos, esta era la oportunidad del Junior para redimirse en el cuadrilátero y retomar el rumbo de su carrera; sin embargo, el desempeño fue por debajo de lo esperado, lo que generó molestia y frustración incluso en su propio padre.
Visiblemente alterado por lo que veía en el ring, Julio César Chávez se levantó de su asiento y se acercó a la zona del cuadrilátero con la intención de hablar con su hijo y motivarlo. No obstante, un guardia de seguridad le impidió el acceso al área restringida, generando un breve forcejeo y un intercambio de palabras. El momento quedó registrado en video, donde se observa al campeón mexicano recriminando al elemento de seguridad su actuar.
El guardia, en todo momento, mantuvo la calma y simplemente le pidió a Chávez que regresara a su lugar, a lo que finalmente accedió. La tensión fue evidente, y reflejó la impotencia del excampeón al ver a su hijo superado ampliamente en el ring.
Durante el combate, las cámaras captaron los gestos de desaprobación de Julio César Chávez desde su asiento. Con semblante serio, daba indicaciones al Junior, pidiéndole que atacara, que subiera la guardia y que soltara más golpes. “¡No, así no!”, se le escuchaba decir, en un intento desesperado por hacerlo reaccionar.
La derrota fue doblemente dolorosa para la familia Chávez, ya que no solo representó otro tropiezo en la irregular carrera del Junior, sino que además dejó una imagen desfavorable ante un rival que ha sido ampliamente cuestionado por su incursión en el boxeo profesional.
Para muchos, el combate fue una exhibición de Jake Paul, quien no solo dominó técnicamente al mexicano, sino que además mostró una actitud provocadora al subir al ring con vestimenta en colores patrios, lo que fue interpretado por algunos como una burla.
Aunque Julio César Chávez reafirmó sentirse orgulloso de su hijo —pese a todo—, también quedó claro que la decepción lo rebasó en varios momentos. La pelea que prometía ser el regreso de Chávez Jr. terminó siendo, una vez más, una muestra de su falta de consistencia y preparación, mientras su padre, una leyenda viva del boxeo, miraba desde la tribuna sin poder cambiar el resultado.