La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, visitó este viernes por primera vez en su cargo la ciudad de El Paso, en Texas, en la frontera sur con México, para conocer los “efectos” que ha traído la migración irregular procedente mayoritariamente de Honduras, El Salvador y Guatemala.
Por ello, la funcionaria demócrata eligió como primera parada un centro de detención de inmigrantes de la Patrulla Fronteriza para dialogar con algunos de los indocumentados y trabajadores, para luego reunirse con activistas, abogados y varias ONG. En la entrada del lugar ofreció unas declaraciones a la prensa.
“Estoy contenta de estar aquí. Siempre fue mi plan venir aquí, y creo que vamos a tener un día bueno y productivo”
De acuerdo con la oficina de la Casa Blanca, la vicepresidente también sostuvo un encuentro privado con “cinco niñas de 9 a 16 años, de Centroamérica”, quienes hicieron dibujos para ella y le dijeron lo que querían ser cuando sean mayores.
Al respecto, Harris les aconsejó que para llegar tan lejos como quisieran debían leer mucho y esforzarse en sus estudios, así como tener amistades que las apoyen y alienten en los momentos más complicados.
También aprovechó para felicitar a las y los agentes fronterizos por los “avances increíbles” que, opinó, han hecho en la gestión de la llegada de migrantes a la región en los últimos meses.
Las instalaciones que visitó Harris, conocidas como Central Processing Center (CPC), cuentan con más de 9.000 metros cuadrados en los que se detiene a aquellos inmigrantes que acaban de cruzar irregularmente la frontera, antes de trasladarlos a otros centros.
Ya en rueda de prensa en el aeropuerto, la mano derecha del presidente Joe Biden explicó lo importante que era visitar la frontera sur del país, a pesar de que ya había estado en la zona limítrofe “muchas veces”, en el tramo de linde correspondiente a California, el estado al que representó en el Senado durante cuatro años.