De “agresivas”, “sin fundamento” e “ilegales desde el punto de vista del derecho internacional” calificó ayer Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, las nuevas sanciones impuestas por el Gobierno saliente de Estados Unidos y señaló que recibirán una “respuesta adecuada”. Peskov señaló que aún no sabe cuál será exactamente la reacción, pero sí que “tendrá en cuenta” el hecho de que a “la Administración de [Barack] Obama le quedan solo tres semanas”.
Moscú, agregó el portavoz, no está de acuerdo con las acusaciones estadounidenses. Según el Kremlin, las sanciones persiguen dos objetivos: “Empeorar aún más las ya malas” relaciones bilaterales y “golpear al nuevo Gobierno” de EE UU. Se trata de acciones que “minan sustancialmente las posiciones de política exterior de la Administración siguiente”, la de Donald Trump. “Difícilmente han tenido parangón en la historia de Estados Unidos (…). Eso, al fin y al cabo, es un asunto interno”, añadió Peskov.
Las nuevas sanciones no han sido una sorpresa para Rusia, que ya las esperaba. El martes, durante una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, John Kerry, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, criticó al Gobierno de Obama por insistir “hasta el final en tratar de minar aún más las bases de unas relaciones normales entre Rusia y EE UU”.
También se anticipó a las sanciones la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, quien había advertido el miércoles de que Moscú tomaría medidas en respuesta. La noticia de la expulsión de 35 diplomáticos rusos de Washington y San Francisco llegó a Moscú alrededor de las once de la noche, hora local, por lo que hasta hoy no se conocerá el alcance de la respuesta rusa.
El Kremlin ha negado su implicación en los ataques informáticos contra el Partido Demócrata y ha afirmado que con sus acusaciones la Administración norteamericana sólo pretende justificar su derrota en las elecciones presidenciales. Zajárova afirmó que Rusia está ya cansada de las mentiras sobre hackers rusos que lanzan “las altas esferas” de EE UU. Esta “desinformación”, según la portavoz de Exteriores, la utilizó Washington para ayudar a su candidata en las elecciones presidenciales. Zajárova advirtió de que “cualquier acción contra las representaciones diplomáticas rusas en EE UU de inmediato tendrá efecto sobre los diplomáticos estadounidenses en Rusia”.
El jefe del Comité de Exteriores del Consejo de la Federación (Senado ruso), Konstantín Kosachov, declaró que la Administración Obama “está poseída de forma maníaca por su deseo de vengarse” de Rusia por la implicación del Kremlin en Siria y también de Trump por su victoria en las presidenciales.
Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.
Una emergencia nacional para deportaciones masivas
Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».
Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».
El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.
Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes. A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.
Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva
La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.
Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.
Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.
Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.
«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.
En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.
Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.
«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.
Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.