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Policiaca

A la cárcel, hombre que instaló app en celular de su ex esposa para espiarla

Los celos no son buenos consejeros, y para muestra de ello está un español que colocó una aplicación en el celular de su ex esposa para espiarla por lo que fue condenado a un año de cárcel.

En septiembre de 2014, la mujer acudió un día a la casa de su exmarido para recoger a sus dos hijos. El hombre le arrebató el bolso, en cuyo interior se encontraban las llaves de la vivienda de la mujer y también las de su coche, así como su teléfono móvil. La víctima se fue del lugar sin poder llevarse sus pertenencias.

Dicha situación fue aprovechada por el exmarido para instalar la aplicación en el celular de su antigua pareja, sin su conocimiento ni su consentimiento. Cabe destacar que la app permite conocer toda la actividad del teléfono móvil, poder ver las imágenes y videos almacenados o activar a distancia el micrófono y la cámara de fotos.

Tras instalar la aplicación el sujeto se dio de alta e de alta en la página web vinculada a esa aplicación, para poder recibir en su propio correo electrónico, de manera ilícita, los citados datos.

Más tarde la mujer regresó a la casa de su ex esposo para recuperar sus pertenencias lo cual pudo hacer, aunque el hombre le arrebató las llaves del auto.

Ante dicha situación, la mujer presentó una denuncia por todos estos hechos ante la Guardia Civil, que detuvo poco después al sospechoso. Una vez que el caso llegó a los tribunales, el Ministerio Público solicitaba inicialmente una pena global de dos años y diez meses de prisión.

La juez declaró al acusado autor de un delito contra la intimidad y de otro de coacciones. El primer delito implica la citada pena de prisión y una multa de 1.440 euros, mientras que el segundo obligará al hombre a cumplir 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad.

La sentencia también prohíbe al acusado acercarse a menos de 500 metros de su excompañera sentimental durante un periodo de tres años.

 

Noticias MVS

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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