La política y la farándula son de los temas que más pasiones despiertan, pero cuando se juntan dan combinaciones altamente explosivas como el escándalo en el que ahora está envuelta Aracely Arámbula “La Chule”, pues resulta que la figura emblemática de la promoción del voto en Chihuahua, no tiene credencial para votar, al menos no de Chihuahua.
Esto contrasta con el slogan “Lealtad a nuestro estado”, ya que por su lindísimo rostro pronunciando estas palabras, el IEE desembolsó dos millones de pesos, nada más ¿Ahora con qué se la sacará Fernando Herrera?
Otra pifia fue la que exhibió el panista Álex Leyva, quien envió un correo echando por el suelo la delirante propuesta de Miguel Riggs de adquirir drones para vigilar la ciudad. EL argumento fue sencillo: El presupuesto anual de chihuahua no llega a los dos mil millones de pesos, mientras que el costo de los aviones no tripulados supera los dos mil quinientos millones. Ahí nomás.
El correo fue enviado a varias “vacas sagradas” del panismo, esas que son el principal sustento de la candidatura de Miguel Riggs, que sigue demostrando, día a día, que en cuanto a política deja bastante qué desear. Se nota que es un candidato ciudadano… demasiado ciudadano tal vez.
Pero así, con todos sus defectos, tampoco se vale que le inventen chismes al pobre Miguel Riggs, tal como lo hizo Emilio Flores, quien con toda la mala leche y en contra de los valores cristianos que profesa, creó una cuenta apócrifa en Twitter a nombre de Miguel Riggs, para luego acusarlo de llamar “nacos” a los ciudadanos.
Emilio ¿de plano crees que los tuiteros no saben distinguir una cuenta falsa? Su estrategia de quemón fue todo un fiasco, nadie lo peló, al igual que los intentos por desprestigiar a otros candidatos panistas como Jaime Beltrán del Río, a quien también le hicieron una cuenta falsa de su hija para tratar de dejarlos en mal.
Pero si a Emilio Flores no le sirve el culto de los domingos para aprender a jugar limpio, sí que le puede servir para allegarse de votos, y es que su suplente es Federico Ortega Estrada, un conocido «pastor» capitalino, y esto podría atraerle cerca de doce mil votos, muy valiosos para un partido agónico. Desde luego no ganará, pero podría hacer una actuación un tanto decente y reinyectarle vida a Movimiento Ciudadano.
Pero este matrimonio entre política y religión no es exclusivo de Emilio Flores. Buena parte de los políticos, desde el gobernador César Duarte hasta los candidatos de distintos partidos, están buscando apoyos entre las congregaciones religiosas.
Un penoso ejemplo es el de la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, quien de plano ya no sabe a quién pedirle ayuda para sacar al lastimado municipio de sus problemas, y ahora responsabiliza al propio Jesucristo, a quien le entregó las llaves de la ciudad. Obviamente nuestro salvador no estuvo presente en el acto, al menos no de manera visible.
La panista ahora pretende resolver con “actos simbólicos” lo que no ha podido hacer como alcaldesa, pues muchos nos preguntamos, ¿cuántos sicarios han sido detenidos desde que Cristo tomó posesión de la ciudad regia? ¿También firmará el mesías el Pacto por México? Patética actuación de una mujer cuya salud mental ya empieza a ponerse en entredicho en redes sociales, ¿qué opinará su secular amigo Javier Corral?
Y volviendo con los panistas autoexiliados, está el caso de Manuel Narváez, quien adelantó que le solicitará a Miguel Riggs que decline a su favor “para dar una pelea verdadera al candidato del PRI, Javier Garfio”… el chiste se cuenta solo.
Esta afirmación causa más sorna cuando se toma en cuenta que tanto Emilio Flores como Manuel Narváez son simples patiños de esta malograda comedia llama “elecciones”, y además es sabido que ahí hay pura ardidez porque no se les cumplieron sus caprichos dentro del partido. En fin, ya cumplieron su sueño de ser candidatos a la alcaldía, que les aproveche.
Pero para traerle algo de buenas noticias, está el asunto del predial, pues el alcalde Marco Adán Quezada informó que logró una recaudación de más del 50% en comparación a la gestión anterior, lo cual es un logro para una administración en tiempos de gastos excesivos e ingresos limitados.
Cierto es que al principio, los ciudadanos se mostraron furiosos con los aumentos al predial, pero con el paso del tiempo todo se devolvió en servicios y obras que se notan. Los parques están en buen estado, las luminarias tienen fallas dentro de un margen aceptable y la policía llega rápido cuando se lo propone, por poner algunos ejemplos.
En las obras conjuntas con el Estado, el Ayuntamiento ya puso su parte y programas como “Sumar” dejaron en claro que se trataba de una gestión abierta a la ciudadanía, aunque ésta no siempre participó de la mejor manera, pero hay unos casos de éxito también muy notables.
Pero Marco Adán Quezada y su tesorero Poncho Sepúlveda se quedaron con las ganas de cobrarle a Ferromex y al Aeropuerto los cerca de 30 millones de pesos que deben de predial, ya que estas compañías han resistido férreamente y se han andado por las nubes, valga el chascarrillo, para no pagar. Ferromex ya obtuvo un amparo, y pinta que el tiro se lo heredará a la siguiente administración.
El que también se ha lucido, pero en altos vuelos, es el gobernador César Duarte, quien salió en primer cuadro durante la promulgación de las reformas a la Ley de Telecomunicaciones, en compañía del presidente Enrique Peña Nieto.
Luego, el mandatario estuvo presente en la entrega del premio Woodrow Wilson a Federico Terrazas Torres y a la empresaria Guadalupe Arizpe de la Vega, ambos por su responsabilidad y servicio social. Los dueños del pueblo se concentraron para aplaudir juntos en el Westin Soberano.
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