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Opinión

La cuarentena es muy larga… ¡y la vida es muy corta!

El mismo tema. La misma palabra. Seguimos en cuarentena. Y seguiremos por un tiempo más.

He tocado el tema más de una vez, pero insisto en que debemos de verle “el lado positivo” a todo esto.

Si. La cuarentena es muy larga…pero la vida es muy corta. No podemos pasar tantos meses sintiéndonos mal o quejándonos de la situación.

Esto también va a pasar. Estamos en una transición. En todos los niveles. El mundo como lo conocíamos dejó de ser como era. Y quizá nunca vuelva a ser como antes.

Hemos tenido que adaptarnos a muchas cosas, en tiempo récord. Y nos ha afectado en todos los aspectos.

Pero entonces, es cuando me repito: la vida es muy corta, y la cuarentena sigue alargándose. Hay que buscarle el modo. Y seguir buscando la felicidad.

Ya no estamos con los dedos en la puerta. Ya tuvimos tiempo de asimilar (un poco) todo lo que estamos pasando. Ya no se vale quejarse todo el tiempo.

Hay que darnos ánimos! Nosotros mismos! Mutuamente. Adaptarnos y repetirnos que las cosas van a estar bien.

Se que suena difícil pensarlo si estás atravesando alguna crisis, o perdiste tu trabajo…pero nada es para siempre. Esto también va a pasar. Todo puede mejorar. Nada es estático. Estamos avanzando!

La vida sigue, y se pasa volando!! La cuarentena algún día se va a acabar, y nuestra vida también! Hay que aprovechar cada minuto de ella. Toma tus precauciones, cuídate, pero sobre todo sigue soñando. Sigue planeando…sigue viviendo!!

Nancy Anahi Toledo Rascón
Facebook.com/ eso pienso Ig: @eso.pienso

Opinión

Diálogos. Por Raúl Saucedo

El Eco de la Paz

En el crisol de la historia, las disputas bélicas han dejado cicatrices profundas en el tejido de
la humanidad. Sin embargo, en medio del estruendo de los cañones y las balas metrallas, ha
persistido un susurro: El Diálogo. A lo largo de los siglos, las mesas de negociación han
emergido como esperanza, ofreciendo una vía para la resolución de conflictos y el cese de
hostilidades entre grupos, ideas y naciones.
Desde la antigüedad, encontramos ejemplos donde el diálogo ha prevalecido sobre la espada.
Las guerras médicas entre griegos y persas culminaron en la Paz de Calias, un acuerdo
negociado que marcó el fin de décadas de conflicto. En la Edad Media, los tratados de paz
entre reinos enfrentados, como el Tratado de Verdún, establecieron las bases para una nueva
configuración política en Europa.
En tiempos más recientes, la Primera Guerra Mundial, un conflicto de proporciones
colosales, finalmente encontró su conclusión en el Tratado de Versalles. Aunque
controvertido, este acuerdo buscó sentar las bases para una paz duradera. La Segunda Guerra
Mundial, con su devastación sin precedentes en el mundo moderno, también llegó a su fin a
través de negociaciones y acuerdos entre las potencias.
La Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico que amenazó con sumir al mundo en un
conflicto nuclear, también encontró su resolución a través del diálogo. Las cumbres entre los
líderes nucleares, los acuerdos de limitación de armas y los canales de comunicación abiertos
permitieron evitar una posible catástrofe global.
En conflictos más recientes, y su incipiente camino en las mesa de negociación ha sido un
instrumento crucial para lograr el cese de hostilidades de momento, esta semana se ha
caracterizado por aquellas realizadas en Arabia Saudita y París.
Estos ejemplos históricos subrayan la importancia del diálogo como herramienta para la
resolución de conflictos. Aunque las guerras pudieran parecer inevitables e interminables en
ocasiones, la historia nos muestra que siempre existe la posibilidad de encontrar una vía
pacífica. Las mesas de negociación ofrecen un espacio para que las partes en conflicto
puedan expresar sus preocupaciones, encontrar puntos en común y llegar a acuerdos que
permitan poner fin.
Sin embargo, el diálogo no es una tarea fácil. Requiere voluntad política, compromiso y la
disposición de todas las partes para ceder en ciertos puntos. También requiere la participación
de mediadores imparciales que puedan facilitar las conversaciones y ayudar a encontrar
soluciones mutuamente aceptables.
En un mundo cada vez más complejo e interconectado, el diálogo se vuelve aún más crucial.
Los conflictos actuales, ya sean guerras civiles, disputas territoriales o enfrentamientos
ideológicos, exigen un enfoque pacífico y negociado. La historia nos enseña que la guerra
deja cicatrices profundas y duraderas, mientras que el diálogo ofrece la posibilidad de
construir un futuro más pacífico y próspero para todos.
Los diálogos siempre serán una vía, aunque el diálogo más importante será con uno mismo
para tener la paz anhelada.
@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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