El suicidio de Chester Bennington, vocalista de Linkin Park, puso sobre la mesa un tema desgastado y descuidado por las autoridades de salud, que no fomentan campañas para la prevención del suicidio, destinadas a dar información pertinente para las personas que sienten que su vida corre peligro.
La depresión es el mal contemporáneo, uno de los principales problemas de salud en México. Junto con la ansiedad y otros trastornos mentales, es la principal causa del suicido.
Entonces, una de las interrogantes de salud más pertinentes sería: ¿Cómo puede alguien estar completamente seguro de que tiene depresión y necesita ayuda antes de que ocurra una tragedia?
Para Cultura Colectiva Noticias, el psiquiatra Sergio Bravo, especialista en depresión y prevención del suicido en jóvenes, explica que es fácil detectar si alguien necesita ayuda, el problema es a dónde están acudiendo para confirmarlo o descartarlo, para recibir un diagnóstico certero.
Que un joven se de cuenta de que puede estar deprimido no es el problema: «Es fácil saber que algo no anda bien, que hay un sentimiento de infelicidad, de inestabilidad emocional, pues es algo repentino, que antes no se experimentaba», dice Bravo. Entonces, el afectado empieza a cambiar sus actividades cotidianas, su estado de ánimo repercute fuertemente en su día a día. Dejan de hacer cosas que antes hacían y ya no sienten satisfacción por las cosas que antes «los llenaban».
Como cualquier otra enfermedad, nadie sabe con certeza si alguien va a padecer depresión o en qué preciso momento de sus vidas podrá experimentar un evento traumático que la desate. Pero cuando alguien, «en privado o no», se percata de que sus emociones, sus pensamientos, que su vida ha cambiado su curso «normal», entonces habrán superado el primer paso: la aceptación del problema.
El segundo paso, que es el verdadero reto a decir del psiquiatra, es que acudan a los sitios adecuados, «que pidan ayuda a las personas correctas». Por ejemplo, ahora, en la era de las redes sociales, es común que los jóvenes intenten encontrar soluciones a través de «pruebas» online: como si se tratara de un experto virtual. También, se acercan a los foros de discusiones para intentar «mejorar» y encontrar consuelo o calma.
«Pero alguien con depresión no necesita calma, necesita atención médica y psiquiátrica. No es estar triste un par de días tras cortar con la pareja», explica Sergio. Entonces, lo más pertinente es que busquen auxilio con expertos.
En realidad, no deberían sentirse avergonzados ni preocupados por el costo de las terapias o de los tratamientos en general, pues hay sitios que ofrecen atención gratuita y completamente confidencial. Sin embargo, es muy importante saber que un diagnóstico tiene que ser presencial, no es por teléfono ni por mail ni mucho menos por mensajería instantánea. El doctor tiene que ver al paciente, hablar con él, conocerlo, estar frente a él cuando le explique sus preocupaciones.
Sergio dice que otro problema es que muchos no tienen dinero para pagar una consulta pisquiátrica en clínicas u hospitales privados. Así que su recomendación, como experto es visitar el Hospital de las Emociones, ubicado en la colonia Ampliación 20 de Noviembre, delegación Venustiano Carranza, en el oriente de la capital, cuyo objetivo de ofrecer tratamientos especialmente para los padecimientos que impactan directamente en el estado de ánimo del paciente. Y no sólo depresión, también atienden los problemas de ansiedad, adicciones, problemas de nutrición y embarazos en adolescentes.
La página del hospital asegura que en sus consultorios se brindan terapias especializadas, individuales o grupales de acuerdo a las necesidades de cada paciente con la finalidad de resolver problemas a corto y mediano plazo.
Tan sólo en la Ciudad de México, se tienen registrados 239 mil casos de depresión aunque la cifra no es certera pues por cada mujer diagnosticada con el trastorno mental, hay alrededor de siete casos más y por cada hombre, hay 10 más. Asimismo, cada año en la CDMX se registran mil 500 suicidios.
Fuente: Cultura Colectiva Noticias