Con el actual nivel de endeudamiento pública que tiene México actualmente (que llegará al 50% del PIB al cierre de 2016), cada trabajador debe más de 160,000 pesos, y cada bebé que nace ya debe más de 700,000 pesos, señaló el observatorio de Libertad Política y Económica, ELEGIR.
En conferencia de prensa para explicar el análisis que realizó esta organización sobre el Presupuesto 2017 presentado por la Secretaría de Hacienda al Congreso, la directora de Elegir, Claudia Regil, señaló que la manera en la que el Estado ha planteado el gasto público lo convierte en un falctor «alterador de ritmo general del país».
Actualmente, señalaron los especialistas, en México sólo una pequeña parte de la población, el 19.67% paga el Impuesto Sobre la Renta (ISR), y el 87.4% de la recaudación de este impuesto lo aporta la clase media, es decir, aquellas personas con un ingreso mensual menor a 18.500 pesos.
«Las tasas de retorno tributario son muy bajas», selañó Roberto Salinas León, consejero del Observatorio. «Los mayores gastos en casto social, gasto corriente, gasto estatal no reditúan en beneficios observables, ni siquiera en las obligaciones básicas del gobierno, como son la protección de los derechos de propiedad, la seguridad pública o la paz. Bajo esta óptica, las tasas impositivas que pagamos los causantes mexicanos son de las más altas del mundo, ya que lo que recibimos a cambio representan beneficios bastante inferiores a los que otros ciudadanos, en otros países, toman como un hecho».
Por esta razón, ELEGIR considera que el gobierno en su conjunto no debe crear nuevos impuestos, sino que debe mejorar la manera en la que gasta.
De acuerdo con ELEGIR, el 44% del PIB al que se llegó en endeudamiento público al cierre de 2015, es equivalente a 7.5 billones de pesos mexicanos, cantidad que representa un poco más del valor total del PIB de Noruega.
Desde el observatorio se señala que desde la administración de Vicente Fox (año 2000), se ha intentado integrar a pequeños comerciantes al régimen fiscal con diferentes iniciativas. Desde el régimen fisal para «changarros», hasta el Régimen de Incorporación Fiscal, de manera que aumenten los ingresos tributarios. No obstante, al ser un tema sumamente sensible, el Estado ha optado por la deuda pública y no por la incorporación de más contribuyentes al caudal del presupuesto, ya que la deuda no «reacciona» a la presión fiscal, como sí lo hacen los ciudadanos.
En este sentido, el Observatorio recuerda las advertencias de Javier Bonilla, quien señalaba en 2003 que «si el gobierno le quisiera dar un salario mínimo por familia a la mitad de la población, esto costaría sólo el 10% del presupuesto federal. En lugar de ello, el gobierno gasta cinco veces esa cantidad en gastosocial y los pobres siguen ahí».
Fuente: Economía Hoy