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La familia que acogió a Nikolas Cruz ignoraba sus planes

La familia que acogió en la Florida a Nikolas Cruz, sospechoso del tiroteo del 14 de febrero, dijo que sabían que él era algo solitario, estaba deprimido y era un poco raro, pero no vieron señales que advirtieran de la eventual masacre.

«Teníamos a este monstruo viviendo bajo nuestro techo y no lo sabíamos», dijo Kimberly Snead al South Florida Sun Sentinel en una entrevista el sábado. «No vimos este lado de él».

La entrevista con el Sun Sentinel es la primera que ha dado la familia Snead desde que Cruz abriera fuego en la escuela secundaria Marjorie Stoneman Douglas en Parkland, Florida, matando a 17 personas. Su historia coincide con lo que el abogado de la familia, Jim Lewis, le dijo previamente a CNN en su representación.

Cruz llegó a vivir con la familia Snead, cuyo hijo era su amigo, luego de que la madre de Cruz falleciera en noviembre pasado. La familia le dio un hogar a Cruz, lo inscribió en clases para adultos y lo ayudó a encontrar un trabajo en una tienda Dollar Tree local, dijo Lewis a CNN.

Los Snead dijeron que Cruz parecía deprimido, pero no sintieron, como otros han dicho, que Cruz fuera alguien que probablemente atacaría en una escuela.

«Todo lo que todos parecen saber, nosotros no lo sabíamos», le dijo James Snead al Sun Sentinel. «Es tan simple como eso».

CRUZ IBA A HEREDAR 800,000 DÓLARES
Cuando Cruz se mudó a la casa de los Snead, ellos tuvieron que enseñarle necesidades básicas, incluyendo cómo cocinar, usar el microondas, hacer la lavandería y levantar sus cosas, dijeron.

«Él era muy inocente. No era tonto, solo inocente», dijo James Snead al Sun Sentinel.

La familia dijo que Cruz no era cruel con los animales y que parecía adorar a los dos perros y seis gatos de la familia.

Además, Cruz les dijo que él iba a heredar al menos 800,000 dólares de sus padres fallecidos, y que la mayor parte la recibiría cuando cumpliera 22 años, dijeron los Snead al Sun Sentinel.

El día del tiroteo, Cruz le dijo a la familia que no necesitaba que lo llevaran a la escuela, diciendo: «Es Día de San Valentín y y no voy a la escuela en Día de San Valentín».

Kimberly Snead vio a Cruz hacia las 10 am el día del tiroteo, sin sospechar lo que ocurriría después.

Más tarde ese mismo día, Cruz intercambió mensajes de texto con el hijo adolescente de los Snead e incluso le preguntó en que salón de la escuela Stoneman Douglas estaba. Cuando el tiroteo comenzó, el hijo logró escapar ileso hacia una escuela cercana, de acuerdo con el Sun Sentinel.

«PARECÍA PERDIDO, TOTALMENTE PERDIDO»
Los Snead permitieron a Cruz llevar sus armas a casa, pero lo hicieron comprar una caja de seguridad, según le dijeron al Sun Sentinel. James Snead pensó que él tenía la única llave de la caja, pero ahora cree que Cruz se guardó una para sí mismo, según le dijo al diario.

La familia dice que le dijeron a Cruz que tenía que pedir permiso para sacar las armas.

«La familia hizo lo que pensó que estaba bien, que era acoger a un chico en problemas y tratar de ayudarlo, y eso no significa que no pudiera llevar sus cosas dentro de la casa», dijo el abogado a CNN.

«Tenían las cosas con seguro y creían que eso sería suficiente, que no sería ningún problema», añadió Lewis.

Los Snead le dijeron al Sun Sentinel que se habían cruzado con Cruz en la estación del sheriff mientras era llevado dentro del edificio, esposado, tras el tiroteo.

Kimberly Snead se abalanzó contra él enojada antes de ser detenida por su esposo.

«Él dijo que lo sentía. Se disculpó. Parecía perdido, totalmente perdido», dijo James Snead al diario. «Y esa fue la última vez que lo vimos».

CNN

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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