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Ciencia y Tecnología

La NASA suspende planes de regresar a la Luna tras demanda de Blue Origin, de Jeff Bezos

La NASA anunció una pausa de más de dos meses de los trabajos del Sistema de Aterrizaje Humano (HLS, en inglés) del Programa Artemis, que busca regresar a la Luna, debido a la demanda presentada por Blue Origin contra la agencia espacial de Estados Unidos por la adjudicación de ese contrato a SpaceX.

La NASA “ha detenido voluntariamente” el trabajo con SpaceX para el contrato del HLS a partir del 19 de agosto hasta el 1 de noviembre, informó la agencia.

Explicó que a cambio de esta pausa temporal del trabajo, “todas las partes acordaron un cronograma de litigio acelerado que concluye el 1 de noviembre”.

En abril pasado la NASA adjudicó a SpaceX, de Elon Musk, un contrato por 2,890 millones de dólares para llevar de nuevo astronautas a la Luna en 2024, decisión que tuvo desde el principio objeciones por parte de Blue Origin, la compañía aeroespacial de Jeff Bezos, que también presentó una propuesta.

La NASA indicó que los funcionarios de la NASA continúan trabajando con el Departamento de Justicia para revisar los detalles del caso y “esperan una resolución oportuna de este asunto”.

Blue Origen demandó el lunes pasado a la NASA en un tribunal federal al considerar que la “licitación desafía la evaluación ilegal e inapropiada de las propuestas de la NASA”.

Al contrato para el HLS del Programa Artemis también aspiraba Dynetics y la compañía de Bezos, quien se había asociado con Lockheed Martin Corp, Northrop Grumman Corp y Draper.

El contrato de HLS prevé un lanzamiento y un aterrizaje lunar “tan pronto como en 2024”.

La NASA señaló que está comprometida con Artemisa y con el mantenimiento del liderazgo mundial de la nación en exploración espacial.

“Con nuestros socios, iremos a la Luna y nos quedaremos para permitir investigaciones científicas, desarrollar nueva tecnología y crear trabajos bien remunerados para el bien común y en preparación para enviar astronautas a Marte”, señala la declaración de la NASA.

A diferencia del aterrizaje lunar del Apolo, hace más de 50 años, la NASA se está preparando para una presencia a largo plazo en este satélite de la Tierra.

En julio pasado Bezos ofreció a la NASA hacerse cargo del pago de 2,000 millones de dólares para cubrir problemas presupuestarios de la agencia a cambio del contrato para construir el módulo de aterrizaje para volver a la Luna.

En una carta al administrador de la NASA, Bill Nelson, Bezos criticó con dureza esa decisión de otorgar el contrato a su rival, al considerar que poner todo el proyecto en manos de una compañía y no dos como era la intención original de la agencia será problemático.

Bezos, el hombre más rico del planeta, cumplió este año su sueño de alcanzar el espacio tras despegar desde una base en el oeste de Texas (EE.UU.) a bordo del cohete New Shepard, con el que superó los 106 kilómetros (65 millas) de altura para luego emprender el regreso a la Tierra, en un viaje de unos once minutos de duración.

Fuente: EFE

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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