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México

Y la nueva estrella del Súper Bowl es… ¡la carne de cerdo mexicana!

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Este domingo, en la edición LII del Súper Bowl, la carne de cerdo mexicana será un nuevo jugador, gracias a su calidad, sabor e inocuidad, con lo que se refuerza la preferencia de los alimentos nacionales en Estados Unidos y el mundo.

Con el reconocimiento a México por parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), como territorio libre de la Fiebre Porcina Clásica, los productores nacionales podrán incrementar sus exportaciones al país vecino.

Con este logro, la carne de cerdo mexicana obtuvo un triunfo importante previo al Super Bowl LII, el cual será visto por 111 millones de televidentes en 170 países.

El aguacate mexicano llegará al Super Bowl LII

De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), nuestros vecinos del norte son uno de los tres principales países consumidores de carne de cerdo, lo que abre la posibilidad de ampliar los mercados y conquistar el paladar de los estadunidenses con productos que satisfacen todas las expectativas.

Además, Estados Unidos autorizó la importación de material genético, así como cerdos vivos, canales y productos derivados porcícolas provenientes de las plantas Tipo Inspección Federal (TIF) mexicanas.

Hasta el año pasado, Estados Unidos reconocía como libres de Fiebre Porcina Clásica sólo a los estados de Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Chiapas, Quintana Roo, Chihuahua, Sinaloa, Sonora y Yucatán, por lo que sólo siete plantas TIF podían exportar sus productos a ese país.

Con el cambio de estatus, se reconoce a todo el territorio mexicano como libre de la referida enfermedad; ahora, las 49 plantas que procesan productos de origen porcino en México, son elegibles para exportar a ese mercado.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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