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Resto del mundo

«La peor época como empresario, declaró» Donald Trump

El presidente Donald Trump quería hablar. En un inicio invitó a A. G. Sulzberger, el director de The New York Times, a una cena extraoficial. Sulzberger respondió a su vez con una solicitud para una entrevista oficial que incluía a dos reporteros del Times. La Casa Blanca aceptó.

Trump habló desde el Despacho Oval sobre la investigación en torno a lo que llamó sus tratos de negocios “poco relevantes” en Rusia antes de volverse presidente; sobre su contacto con Roger J. Stone Jr., asesor informal de muchos años; sobre la relación con sus principales funcionarios de inteligencia; sobre el panorama de la contienda presidencial de 2020, e hizo una evaluación personal de sus primeros dos años en el cargo.
Trump, que llegó a un acuerdo con los demócratas el viernes pasado con el fin de abrir la administración temporalmente, pareció rechazar la idea de que pudiera establecerse un acuerdo respecto del financiamiento que exige para construir un muro a lo largo de la frontera sur. El presidente comentó que esperaría para tomar cartas en el asunto hasta que la resolución para financiar la administración pública expire el 15 de febrero, pero después dijo que la espera era una “pérdida de tiempo”.

De nuevo insinuó que ya había tomado una decisión y que estaba satisfecho con su descripción de la situación en la frontera como una crisis. Cuando le preguntamos si declararía una emergencia nacional para intentar asegurar el financiamiento del muro, Trump respondió:

“Puse la mesa. He puesto el escenario para hacer lo que voy a hacer”.
El presidente, que hace poco moderó sus críticas contra las habilidades de negociación de Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, usó un lenguaje más fuerte el jueves, y dijo que se había llevado bien con ella en el pasado, pero ya no.

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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