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Caleb Ordóñez Talavera
“¡Fue una traición a México, son unos vendepatrias!” dice una y otra vez el dolido presidente, desde el micrófono que lo ha acompañado a pregonar decenas de victorias para su causa.
Sin embargo, algo se cimbró en la atmósfera política del país, cuando el pasado domingo 17 de abril, el grupo mayoritario de San Lázaro, que apoya desaforadamente a López Obrador, perdía una fuerte batalla, que no será recordada como un evento fortuito.
¡Vaya domingo de resurrección vivió la oposición al régimen de la 4T! La sensación de victoria era evidente en los 223 legisladores que lograron derribar la reforma eléctrica, una de las apuestas más grandes del gobierno lopezobradorista.
Para nadie es un secreto que la oposición ha sido poco efectiva para luchar contra morena y sus partidos satélite –como el PT y el PVEM-. Habían sido constantes las caídes,round por round, la 4T parecía avasallar los intentos infructuosos del PAN, PRI y PRD en su conjunto.
Las encuestas han mantenido la popularidad del presidente por encima del 55% y en algunas llega supera el 65%. Lo que ha hecho preguntarnos, ¿Qué sucede con la corrienteopositora? ¿Por qué no logran ponerse de acuerdo para tumbar esos números?
El fenómeno de López Obrador como candidato y político mexicano es impresionante. No podemos predecir el futuro, pero es difícil que volvamos a toparnos, en mucho tiempo,con un contendiente tan arraigado en sus millones de seguidores. Como comunicador es implacable, sabe hablarle directamente a sus fieles; ha logrado fascinar a su público, llevarlos a la máxima enajenación por su persona y designios.
Pero sus números ya no son los del 2018…