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La vacunación masiva también reduce los contagios de quienes aún no han sido inmunizados

Un reciente estudio publicado en la revista científica Nature sugirió que la vacuna producida por BioNTech-Pfizer no solo reduce el riesgo de mortalidad por coronavirus en caso de que el paciente inmunizado termine infectado, sino que además reduciría su capacidad de contagiar a otras personas.

De acuerdo con este informe, por cada aumento del 20% de individuos de “una población determinada” que recibieron las dosis del laboratorio norteamericano, la cantidad de test positivos de COVID-19 entre los menores de 16 años de ese mismo lugar que aún no fueron inyectados, “se redujo aproximadamente dos veces”.

Esta investigación coincide con otra similar que se realizó hace dos meses y también se publicó en Nature, que comprobó que puede existir una denominada “protección cruzada” gracias a la inoculación de dosis contra el coronavirus.

“Estos resultados proporcionan pruebas observacionales de que la vacunación no sólo protege a los individuos que han sido vacunados, sino que también proporciona una protección cruzada a los individuos no vacunados de la comunidad”, señaló el texto publicado este jueves.

El estudio detalló que tanto en los ensayos clínicos, así como también en las campañas de inoculación que llevan adelante los países, “se observó una menor carga viral” de las personas que recibieron la vacuna de Pfizer, lo que indica “una reducción de la transmisión”.

La revista científica resaltó que el caso de Israel, donde el gobierno vacunó “a casi el 50 por ciento” de sus ciudadanos en solo nueve semanas, presentó “una oportunidad única para poner a prueba estas cuestiones utilizando datos del mundo real”.

Por esta razón, los expertos decidieron analizar las cifras de infectados y de vacunados entre el 9 de diciembre de 2020 y el 9 de marzo de 2021, en diferentes regiones israelíes, tomando como base los datos de la Maccabi Healthcare Services (MHS), la segunda organización de mantenimiento de la salud más grande de ese país.

“Centramos nuestro análisis en las tasas de vacunación y los resultados de las pruebas de 177 comunidades distintas con una presunta baja tasa de inmunización natural, según se deduce de una baja fracción de individuos infectados por el SRAS-CoV-2”, explicaron.

Durante el estudio en cuestión, “para cada intervalo de vacunación y cada comunidad, se calculó la fracción acumulativa media de individuos de 16-50 años vacunados con la primera dosis de la vacuna”.

La conclusión de estos ensayos fue que existe “una fuerte asociación negativa entre la tasa de vacunación a nivel comunitario y el riesgo de infección para los miembros no vacunados de la comunidad”.

Pfizer vacunó a la mitad de su población en pocas semanas (AP Photo/Tsafrir Abayov, File)Pfizer vacunó a la mitad de su población en pocas semanas (AP Photo/Tsafrir Abayov, File)

Según los datos recopilados, “por cada 20 puntos porcentuales de individuos vacunados, la fracción de test positivos para aquellos que no estaban vacunados disminuyó aproximadamente dos veces”.

“Encontramos que las altas tasas de vacunación se asociaron con menores tasas de infección en puntos temporales posteriores entre la gente no vacunada. Aunque la protección asociada a la vacuna observada en la población no vacunada es alentadora, se necesitan más estudios para comprender si las campañas de vacunación podrían apoyar la perspectiva de la inmunidad de grupo y la erradicación de la enfermedad, y cómo lo harían”, cerró el informe.

En la publicación de Nature de hace dos meses, también realizada en base a los datos de Israel, señalaba que los vacunados que se infectan con el virus presentan una carga viral cuatro veces menor que aquellos que no fueron inoculados. En esas condiciones, si bien no se puede descartar de plano que contagien a terceros, el riesgo es ostensiblemente menor.

Aquel estudio analizó los datos médicos de niños que no fueron inoculados, en unas 223 comunidades israelíes. La comparación entre ellas reveló que cuanto más extendida estaba la vacunación entre los adultos, menos probable era que los menores de edad dieran positivo.

Nota Principal

Trump revienta contra Irán e Israel: “No saben qué carajo hacen”; fracasa su intento de tregua en solo 18 horas

La tensa situación en Medio Oriente escaló nuevamente este martes, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetiera públicamente contra los gobiernos de Irán e Israel, a quienes acusó de romper el alto al fuego que él mismo había negociado apenas horas antes.

“Ambos países no saben qué carajo hacen”, lanzó Trump en su red social oficial, visiblemente molesto por la ruptura de lo que había calificado como un “acuerdo histórico” entre los dos enemigos geopolíticos. La tregua, sin embargo, duró solo 18 horas antes de que ambas naciones retomaran las hostilidades con fuego cruzado.

De acuerdo con fuentes estadounidenses e israelíes, el 22 de junio Estados Unidos lanzó ataques contra instalaciones militares de Irán, y al día siguiente, fuerzas iraníes respondieron con misiles dirigidos a bases estadounidenses en Catar. La rápida escalada llevó a Trump a intervenir personalmente para lograr un cese al fuego, que fue anunciado públicamente con tono triunfalista por la Casa Blanca.

No obstante, el frágil acuerdo se desmoronó casi de inmediato, luego de que milicias aliadas de Irán lanzaran cohetes hacia el norte de Israel, a lo que el ejército israelí respondió con bombardeos aéreos. El propio Trump confirmó este martes que Israel había atacado objetivos iraníes en represalia, lo que anuló cualquier esperanza de estabilidad inmediata.

El presidente estadounidense advirtió además que “Irán nunca reconstruirá su programa nuclear”, en referencia al ataque que ordenó contra instalaciones atómicas de ese país. Si bien Teherán niega haber violado el acuerdo de tregua, la Casa Blanca considera que los ataques de sus grupos aliados constituyen una clara provocación.

Aún más, Trump exhortó directamente a Israel a detener sus ofensivas: “Si lanzan esas bombas, es una gran violación”, escribió, dejando entrever que la paciencia de Washington también se está agotando con su principal socio en la región.

La reacción del mandatario refleja el nivel de frustración por el fracaso de su mediación y pone en evidencia la dificultad de contener un conflicto de alto riesgo entre dos actores con intereses irreconciliables. Aunque Trump asegura que “ambos acudieron a él en busca de paz”, su figura como intermediario quedó debilitada tras el retorno inmediato de la violencia.

Analistas advierten que el conflicto amenaza con salirse de control, especialmente si continúan los ataques cruzados y si Estados Unidos se ve obligado a responder militarmente en defensa de sus tropas o de sus aliados. Mientras tanto, la tensión se mantiene al máximo y los canales diplomáticos parecen cada vez más ineficaces frente a la lógica de la confrontación.

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