Entre los muchos aspectos comentables de la sesión del Consejo Político Estatal del PRI, está el compromiso del gobernador César Duarte de que sólo será espectador del proceso electoral, y que mantendrá su institucionalidad como mandatario, pues asegura sabe dividir su actuar como gobernante y como militante, sin embargo, para como están las cosas de sueltas suena conveniente que tome las decisiones directas.
Los candidatos “dedounidad” serán designados por convención de delegados, una forma de maquillar el dedazo que les ha funcionado, hasta ahora. Aunque ande mucha gente ardida, tendrán que aguantar vara como siempre. Muchos son los casos de aquellos políticos a quienes el partido premió su paciencia y perseverancia, aunque también son muchos los que al final se quedaron sin nada, la vida es una tómbola, de luz y tricolor.
A quien muy probablemente se le premiará su laaaaarga paciencia, es a Víctor Valencia de los Santos, quien jugó un buen rol en la campaña de Peña Nieto en Guerrero, y eso no se olvida, además de que por años le han jugado el dedo en la boca con “encomiendas”, aunque sin ningún puesto que pueda usar de trampolín para su anhelado sueño: la alcaldía de Juárez. Valencia ya suena fuerte en el DF para ocupar un puesto de buen nivel.
Un rumor que suena muy forzado, es el de la designación de Ricardo Yáñez para la delegación Chihuahua de Infonavit, que si bien ha comenzado a hacer ruido en el ambiente, se antoja difícil, pues podría ser una maniobra para hacer ruido. Alejandro Cano sigue inamovible en la lista de los probables, el profe Servando Portillo tiene pie y medio en SEDESOL, Raúl Javalera va a comunicaciones y transportes, Pedro Hernández (el favorito de Duarte) podría ir al IMSS u otra delegación de peso. Gabriel Sepúlveda, de no ir a la candidatura por Parral, sin duda tiene un lugar asegurado en una de las delegaciones.
Otro chisme es que Fernando Uriarte, despreciado para ocupar alcaldía, podría hallar muy pronto consuelo en otro cargo público. Pronto veremos si había razón o no, pero de lo que no hay duda, es que el gallinero anda alborotado y si algo ha demostrado, es justamente aguante, además de que, aunque joven, su experiencia en el servicio publico no es para nada despreciable.
Ayer llegaron a Chihuahua las madres de jóvenes asesinadas en Juárez, quienes ni caminando cientos de kilómetros lograron entrevistarse con César Duarte. La razón es que se encontraba en Chiapas, con el presidente Enrique Peña Nieto, lanzando la cruzada nacional contra el hambre.
Estas mujeres no solo tuvieron que enfrentar las inclemencias del tiempo y las brutales distancias. También denunciaron haber sido presas de chantajes, ya no sólo de algunos funcionarios, sino de algunas ONG´s que trataron de convencerlas a toda costa de rendirse, pero ellas no lo hicieron, y ahora esperan que el mandatario responda a su pliego petitorio. Por lo pronto quien salió al quite para recibir a la comitiva fue Raymundo Romero.
Por cierto, el Gobernador no fue de día de campo a Chiapas, férreo y directo, dejó en claro la necesidad de un cambio profundo en el tema de la pobreza dijo que «Arrancar en esta entidad la Cruzada Nacional contra el Hambre es el mejor signo de que el México incluyente empieza por donde debe empezar, pues Chiapas, al igual que otras regiones, enfrentan el problema de la pobreza extrema que muestra su rostro más indignante en el hambre que padecen muchos mexicanos» y pues el apluaso se dejó sentir por parte del respetable.
El que sorprendió fue José Luis Armendáriz, comisionado de los Derechos Humanos en Chihuahua, quien al menos de palabra, se solidarizó con las madres. Veamos si por fin hace algo con su puesto, algo que le sirva a la gente.
Y es que Armendáriz ha desempeñado un papel más que pobre en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pues en Chihuahua a diario hay violaciones flagrantes, pero el organismo ni se inmuta, al contrario se agacha. Un ejemplo es la rutinaria violación a los derechos de los imputados de delito, muchas veces con participación activa de las autoridades. La lista de omisiones no alcanzaría aun si le dedicáramos toda la columna, pero es muy grave.
Los que no sintieron lo duro, sino lo tupido fueron jsutamente los trabajadores del bar Las Ánimas, propiedad de Omar Díaz Arias, ex dirigente del Frente Juvenil Revolucionario. Resulta que Javier Torres Cardona aplicó a rajatabla el reglamento de Gobernación, cosa que rara vez se hace, y pese a que había un compromiso verbal con varios empresarios del sector de tolerar el desalojo del personal a las 12:30, cerró este y otros cuatro establecimientos.
Díaz Arias no ha recibido ninguna clase de apoyo de su ex partido, ni de nadie, pues el movimiento que surgió en redes sociales para apoyarlo, fue organizado por personal del bar y un par de amigos muy cercanos, pero languideció tan pronto como surgió, y no quedó más que en mera intención.
Pasando a los terrenos azules, Javier Corral Jurado se está cotizando alto, y es que representa, o aparenta representar, a lo “no tan peor” del panismo nacional, pues aunque lo acusen de no haber ganado una elección en su vida o llevar años sobre años sin destetarse del erario público, hasta la fecha no hay quien lo tache de rata, como a sus correligionarios Carlos Borruel y Cruz Pérez Cuéllar.
La cotización se fue más alta que la del dólar con su incorporación al Consejo Nacional del PAN, a propuesta de Gustavo Madero, quien aunque salió raspadísimo de su último encuentro con la militancia, salvó el pellejo de los golpeteos de “Cocoa” Calderón y otros adversarios, por ahora.
Javier Corral, de piel panista pero sangre del sol azteca, ha armado más revueltas que el Sub Marcos, y ha impugnado más elecciones que López Obrador, por eso, lo tienen en la mira para operar la alianza con el PRD en estados como Chihuahua.
La desconocida que le puso al ex presidente Felipe Calderón al final de su sexenio, cuando lo tachó de “cobarde”, sin ninguna clase de rodeos, lo hizo ver como un político con dos cualidades muy valiosas para un ala del PAN: de que tiene arrestos tiene arrestos, y odia tanto al ex presidente que es ideal para cerrar filas con Madero dentro de un partido cada vez más polarizado.
Corral además será pieza clave en el seguimiento al Pacto por México y durante la asamblea extraordinaria del Senado. Obviamente en Juárez no cayó nada bien esta noticia, y menos a Borruel y Cruz, a quienes jura, castigará por sus fechorías.
Y hablando de fechorías, Mario Vázquez sigue negando que ya recibió los resultados de las encuestas, pero entre más lo niega, más corren las habladas sobre la hegemonía de Antonio López y Ramón Galindo para las alcaldías de Chihuahua y Juárez.
Y es que aunque ninguno de estos candidatos le llena el ojo a nadie, mal que bien ya han participado en elecciones y mínimo uno que otro mortal los reconoce en la calle, aunque no se sabe si por su trayectoria o por las profundas frases de superación personal que a diario postea en Facebook.
El que llega hoy a la ciudad es Alfonso «Poncho» Navarrete Prida, secretario de trabajo, quien participará en los trabajos sobre Derecho laboral. El ex procurador del Estado de Méixco y diputado federal, es experto en derechos humanos y repartición de justicia, una dualidad bastante interesante y aplicable en este momento, pues en Chihuahua se ha topado con una mafia de abogangsters corruptos que ya ha sido descubierta y próximamente se darán a conocer nombres de los laboralistas que pagaban a jueces y otras triquiñuelas para que sus clientes ganaran sus casos de manera casi inmediata. Navarrete Prida, viene con la espada desenvainada y listo para arreglar esta situación. Por lo pronto el secretario estará dando una conferencia a las 10 AM en el salón 25 de Marzo.
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