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Opinión

‘Lady 100 pesos’, del oso, a la popularidad

No sabemos qué pasaba en la mente de estos cinco “orangutanes”, sin ofender a los simios, cuando aquel grupo de militares y una policía mujer torturaban a otra mujer, supuesta criminal.
Todo fue mediante la divulgación de un video en las redes sociales. La publicación de las imágenes donde torturan a un mujer con bolsas de plástico colocadas sobre su cara en el municipio de Ajuchitlán, Guerrero, hicieron la diferencia. Hoy, dos elementos de Policía Federal y tres militares que están detenidos como presuntos responsables del delito de tortura. Ese “simple” video difundido por alguien en Facebook hizo mella, que ‘obligó’ al secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, a disculparse. Por cierto, por primera vez que hace un jefe de las fuerzas armadas en la memoria contemporánea.
Según lo transcendido, los hechos sucedieron el año pasado. Sin embargo, la diferencia fue el 14 de abril, cuando comenzó a circular en las redes (Facebook) un video en el que se observa a militares y una mujer policía federal con una civil, identificada como Elvira Santibáñez Margarito, a quien sometieron a un interrogatorio ilegal para obligarla a dar información relacionada con el crimen organizado que opera en la zona. Los objetos del delito: unas bolsas plásticas.
Y sí cree en el poder de denuncia, recordemos también la publicación de un video que se hizo viral en redes, cuando el 27 de marzo pasado una mesera del conocido restaurante  “El Teapaneco” en Villahermosa, Tabasco, grabó cómo un padre de familia acariciaba muy sugerentemente las partes íntimas de una pequeñita, que resultó ser su hija.

El reclamo social fue tan grande, que la Fiscalía de Tabasco abrió una indagatoria que terminó en dictar la formal prisión a esta persona por el delito de pederastia.

A consecuencia de ese video que fue colgado en un perfil de Facebook, hoy,  Juan Vicente Hernández León está en la cárcel y podría pagar varios años de cárcel. ¿Le sigue quedando duda sobre el poder de las redes sociales?
¿Quiere otra muestra? Un video que pulverizó la reputación a una jovencita, y la bautizó con mote de “Lady 100 pesos”, fue tema de la semana. Se trata de una joven mujer, de nombre Lorena Aguirre, que en avanzado estado de embriagues intentó sobornar a policías municipales de Guanajuato cuando sacó de su bolsa 100 pesos para dárselo a un agente. Esta joven que vestía un corto vestido había chocado su vehículo con cuatro más que estaban estacionados.
El video, que al parecer fue captado por un televisora local se convirtió en tendencias en redes en pocas horas, junto con los memes por montón que hoy inundan el ciberespacio. Ahora, su caso, léalo bien, especial, después del oso, ahora el perfil de la joven en Facebook ha alcanzado interacciones increíbles. Su humor negro le ha causado 49 mil 096 “personas hablando de esto” en una semana. Aunque no sabemos si para bien o para mal. ¿Usted qué opina?

Más de redes. La guerra sucia en campañas ha empezado. Se lo dijimos. Las acusaciones empezaron a subir de nivel. Lo malo es que siguen siendo basura, porque ninguna aporta pruebas. Mensajes cortos vía celular, imágenes en forma de meme, videos posteados, notas publicadas de medios electrónicos que se promocionan por las redes. La cosa empieza a arder conforme avanzan las campañas y se acerca el debate a organizarse entre candidatos a gobernador. El personaje más atacado, es Quirino Ordaz Coppel, candidato del PRI. Mediante mensajes cortos se hacen graves señalamientos. Lo que llama la atención es el uso de servicios de mensajes pagados con números de la Ciudad de México y de Veracruz, Veracruz.

Opinión

Conversaciones. Por Raúl Saucedo

ECOS SEMANALES

En un café parisino, con aroma a Espressos bien hechos y croissants calientes, dos figuras emblemáticas de la Filosofía Política se reúnen para discutir un tema que, aunque ajeno a su época, les resulta fascinante: la libertad de expresión en la era digital. Montesquieu, el pensador de la separación de poderes, y Rousseau, el defensor de la voluntad general, se enfrascan en un animado debate sobre las redes sociales, sus virtudes, sus peligros y su impacto en la democracia.
-«Estimado Rousseau,»- comienza Montesquieu, con su habitual tono reflexivo, «observo con asombro este fenómeno llamado ‘redes sociales’. Millones de personas conectadas, compartiendo ideas y opiniones de forma instantánea. Es como una plaza pública global, donde la información fluye sin control.»
Rousseau, con su pasión característica, responde: -«En efecto, mi querido amigo. Es la materialización del ideal de una sociedad donde todos tienen voz. El pueblo puede expresarse sin intermediarios, sin censura. Es una herramienta poderosa para la democracia.»-
Montesquieu, sin embargo, no puede evitar mostrar cierta preocupación: -«Pero ¿qué hay del control? ¿Quién modera este espacio? La libertad sin límites puede ser caótica, incluso peligrosa. Las ‘fake news’, la difamación, el discurso de odio… son amenazas reales que debemos considerar.»-
Rousseau, con su fe inquebrantable en la bondad humana, replica: -«Confío en la capacidad del pueblo para discernir la verdad. La libre circulación de ideas, incluso las erróneas, es fundamental para el progreso. El debate, la confrontación de argumentos, nos permite acercarnos a la verdad.»-
Montesquieu, con su pragmatismo, insiste: -«No podemos ser ingenuos. Las redes sociales pueden ser manipuladas, utilizadas para difundir propaganda, para controlar la opinión pública. Es necesario un marco legal que proteja la libertad de expresión, pero que también establezca límites para evitar abusos.»-
Rousseau, con su idealismo, responde: -«La ley no debe ser un instrumento de censura. La libertad de expresión es un derecho fundamental, y cualquier restricción debe ser cuidadosamente justificada. Confío en la capacidad de la sociedad para autorregularse, para crear mecanismos de control que eviten los excesos.»-
El debate se intensifica, abordando temas como la privacidad, la censura, el poder de las grandes empresas tecnológicas. Montesquieu, con su visión liberal, defiende la necesidad de un Estado que garantice la libertad de expresión, pero que también proteja a los ciudadanos de los abusos. Rousseau, con su énfasis en la voluntad popular, aboga por una mayor

participación ciudadana en la gestión de las redes sociales, para que sean un espacio verdaderamente democrático.
«Las redes sociales son un reflejo de la sociedad,» concluye Montesquieu. «Si queremos que sean un espacio de libertad y democracia, debemos trabajar para construir una sociedad más justa, más tolerante, más responsable.»
Rousseau, con una mirada esperanzada, añade: «Las redes sociales tienen el potencial de unir a la humanidad, de promover el entendimiento mutuo, de construir un mundo mejor. Depende de nosotros utilizarlas de forma responsable, para que sean una herramienta de progreso y no de destrucción.»
La discusión entre Montesquieu y Rousseau se prolonga dando espacio a las copas de vino dejando una serie de preguntas abiertas mientras cae la noche. La libertad de expresión en las redes sociales es un tema complejo, que requiere un equilibrio entre la libertad individual y el bien común.
Se puede preguntar apreciable lector el porqué del tema y de los personajes del café, pero es que en la última semana a mi tierra natal he notado la desfachatez de la inquisición de las redes sociales conforme a temas que siendo sociales se deberían de haber traslado al ruedo de la esperanza y debatirlos con los interesados, las conclusiones sin lugar a dudas deberían de haber sido de interés para los franceses.
Pero en el país bárbaro hay de conversaciones a conversaciones como las de la plaza digital y las que se toman en una barra de granito negro con un pino de navidad sin armar de testigo…
@Raul_Saucedo
rsaucedo@uach.

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