La irreverente cantante pop Lady Gaga triunfó este viernes en su debut como actriz en el festival de cine Venecia con su brillante interpretación de «A Star Is Born», un remake del clásico de los años 30.
«Al comienzo de mi carrera en muchas ocasiones no era la mujer más bella de la sala, pero yo sabía que escribía mis propias canciones», confesó a los periodistas.
«Al inicio de mi carrera dije muchas veces que no», contó la cantante al contrario de la protagonista del filme, que narra su encuentro con un exitoso cantante country con problemas de alcohol.
La historia de una chica «fea» que piensa que su nariz es demasiado grande y se esconde detrás de capas de maquillaje tiene algo de autobiográfico para la estrella estadounidense, quien estaba acompañada por Bradley Cooper, director también del filme.
En la nueva versión del clásico del cine, la cantante retoma el papel inmortalizado por Judy Garland y Barbra Streisand.
Los críticos elogiaron su actuación magnética, su química con Cooper, el actor y exmodelo co-protagonista que debuta como director.
Lady Gaga confesó también las presiones que enfrentó para que cambiara.
«Hicieron sugerencias hasta sobre cómo debería mirar», lamentó la diva, que agradeció a un periodista por comparar su nariz con la de otra gran diva, la soprano María Callas.
«Tuve que ser muy fuerte desde el comienzo de mi carrera», dijo para rechazar los intentos de la industria de la música para rehacerla.
«Nunca quise ser sexy o como otras mujeres. Quería ser como soy tanto como artista como mujer», explicó.
Gaga, de 32 años, cuyo verdadero nombre es Stefani Germanotta, interpreta a una mesera y cantante italoestadounidense que conoce a una estrella de la música country en un drag club en el que interpreta «La Vie en Rose» de Edith Piaf.
La energía estalla y pronto esa extraña pareja es todo un fuego romántico y musical.
Gaga, que llegó en medio de los truenos por una sorprendente lluvia en Venecia, confesó que su mayor temor era «estar al desnudo, ser vulnerable» frente a la pantalla.