Ximena “N”, identificada en redes sociales como “Lady Racista”, se libró de pisar la cárcel tras ser vinculada a proceso por el delito de discriminación. A cambio, deberá pagar 97 mil pesos por reparación del daño y someterse a una serie de medidas cautelares impuestas por un juez de la Ciudad de México.
El caso que se viralizó a principios de julio ocurrió en la colonia Condesa, donde la modelo y actriz de origen argentino fue grabada mientras insultaba a un agente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Los videos generaron indignación por el tono racista y despectivo con el que se dirigió al uniformado.
La Fiscalía capitalina la llevó a audiencia el pasado lunes en los juzgados de Doctor Lavista, donde el juez determinó no imponer prisión preventiva, pero sí mantenerla vinculada a proceso y bajo medidas cautelares estrictas.
Entre las condiciones impuestas, Ximena deberá:
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Ofrecer disculpas públicas al policía que agredió. No se ha especificado si lo hará en redes sociales o de forma presencial.
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Pagar 97 mil pesos por concepto de reparación del daño.
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Realizar servicio social obligatorio en el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
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Tomar pláticas de sensibilización sobre discriminación.
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Acudir a terapia psicológica.
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Presentarse mensualmente ante autoridades judiciales de la Ciudad de México.
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Tiene prohibido salir del país.
El periodista Carlos Jiménez detalló que estas condiciones forman parte del acuerdo al que se llegó para que la extranjera evite prisión. “Pagará 97 mil pesos de reparación del daño, hará servicio social, ofrecerá disculpas… debe ir al psicólogo, y más”, publicó en sus redes.
Aunque se desconoce el plazo exacto que tiene para cumplir con todas las medidas, estas suelen aplicarse durante el tiempo que dure el proceso judicial, lo que puede extenderse por varios meses. Si incumple alguna de las condiciones, podría revocarse el beneficio y enfrentar prisión preventiva.
Mientras tanto, “Lady Racista” permanecerá bajo vigilancia judicial, sin posibilidad de abandonar el país, y con la presión pública de resarcir un acto que dejó en evidencia no solo su actitud, sino también el reto de erradicar la discriminación en una ciudad diversa como la capital mexicana.