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Las cambiantes versiones de Rusia sobre el desastre del vuelo MH17

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El equipo investigativo holandés que divulgó esta semana su informe sobre el vuelo MH17 de Malaysia Airlines no dijo quién disparó el misil que derribó el avión sobre el este de Ucrania, causando la muerte de 298 personas el 17 de julio del año pasado.
Pero eso no evitó que funcionarios en Rusia reaccionaran inmediatamente al reporte alegando que la investigación estaba sesgada, con el interés de absolver el gobierno de Moscú de cualquier culpa.
Y el informe mismo revela meses de desacuerdos entre los rusos y el Consejo de Seguridad de Holanda (DSB), en lo que aparenta ser un vaivén de acusaciones mutuas.
Según las normas que rigen las investigaciones de desastres internacionales, el DSB no tiene autoridad para asignar responsabilidad, aunque su director Tjibbe Joustra luego afirmó que rebeldes pro-rusos controlaban la zona desde donde fue lanzado el nefasto misil.
Pero durante meses los expertos rusos cuestionaron las conclusiones del DSB, si bien con argumentos que parecían cambiar todo el tiempo.
Era como si estuvieran jugando una partida de ajedrez de alto riesgo: una parte anticipando la movida de la otra y analizándola para luego contraatacar.
Historia cambiante
El gobierno de Ucrania y varios funcionarios de Occidente afirman que el misil fue transportado desde Rusia a territorio ucraniano controlado por rebeldes.
Y la investigación holandesa ya ha publicado fotos del lanzamisiles siendo desplazado por esas zonas.
Pero Moscú siempre ha negado tener algo que ver con la tragedia.
De hecho, unos días después del desastre, el Ministerio de Defensa ruso sugirió que el Boeing 777 había sido derribado por un misil aire-aire, afirmando que sus radares habían detectado un caza ucraniano volando a entre 3 y 5 kilómetros del avión.
Y en julio de 2015, un comité de investigaciones ruso repitió las alegaciones, diciendo además que el misil «no fue producido en Rusia».
Esta versión se promovió ampliamente en la televisión estatal rusa; un canal mostró incluso un experimento en el que un jet disparaba contra un avión en desuso.
Sin embargo, luego la historia cambió, y la fábrica de misiles rusa Almaz-Antey hizo estallar otro avión en un nuevo simulacro que, según ellos, probó que el MH17 había sido derribado por un misil tierra-aire.
Pero en lo que parece ser otra movida de ajedrez, Moscú ahora arguye que el MH17 fue impactado por un misil lanzado desde territorio bajo control del gobierno de Ucrania, aunque reconoció que era un misil BUK, fabricado por Almaz-Antey.
Sitio del lanzamiento
A medida que el Consejo de Seguridad de Holanda preparaba su informe, sostuvieron varias reuniones con especialistas rusos que analizaron la información que se les dio y en la última reunión conjunta cuestionaron las conclusiones holandesas.
El equipo ruso hizo planteó tres argumentos:
El lugar donde explotó la ojiva fue más cerca del avión de lo que dijo el DSB
El MH17 debió haber sido impactado por un misil BUK diferente al identificado por los especialistas holandeses
El misil BUK debió haber sido lanzado de una lugar diferente
Era el momento para los holandeses respondieran. Así lo hicieron en las últimas páginas del informe.
Primero, el DSB dice que los rusos se basaron en un método inadecuado para decidir exactamente dónde había explotado la ojiva.
El equipo investigativo usó un «sistema de encordado» para determinar la trayectoria de los fragmentos del misil que impactaron el avión: los especialistas utilizaron escáneres tridimensionales y varas de fibra de vidrio y luego tiraron una serie de líneas de cuerda.
Esto les ayudó a explicar la dirección general que tomaron los fragmentos del misil al impactar el avión, pero los holandeses insistieron en que no les permitía determinar exactamente dónde había explotado la ojiva, porque la trayectoria cambió dramáticamente después del impacto.
Y aunque los rusos sí consideraron el impacto dentro del fuselaje, el DSB señaló que los fragmentos de la ojiva que penetraron el avión cambiaron de dirección y rebotaron.
Punto de detonación
La diferencia de opinión sobre dónde explotó la ojiva es la clave del desacuerdo sobre otras conclusiones.
Debido a que los rusos colocan la detonación más cerca del avión, sus expertos llegaron a una conclusión diferente sobre el tipo de ojiva y el número y peso de los fragmentos de destrucción que contenía.
Y el DSB también le pidió a Almaz-Antey, que produce el lanzador BUK y los misiles antiaéreos, como al Instituto de Investigaciones de Ucrania, que calcularan la trayectoria del cohete.
Los especialistas rusos delinearon una amplia zona al sur y sureste de la localidad de Snizhne. Los ucranianos determinaron un área considerablemente más reducida pero que estaba adentro de la zona identificada por los rusos.
Y con base en esto, el Consejo de Seguridad de Holanda hizo el cálculo de una gran zona desde la cual pudo haber sido disparado el misil. Ésta es de casi el doble del tamaño estimado por los rusos.
Sin embargo, después de que los rusos presentaran sus conclusiones al DSB, Almaz-Antey utilizó su propio simulacro para argüir que el misil tuvo que haber sido disparado más hacia el oeste, desde Zaroshchenske que, en ese entonces, estaba en territorio controlado por Ucrania.
Esa aldea yace a unos 20 kilómetros de la zona que Almas-Antey inicialmente propuso al DSB.
Fue, aparentemente, otra movida rusa en esta curiosa investigación con visos ajedrecísticos.
Total desacuerdo
Almaz-Antey ahora acusa al DSB de malinterpretar los cálculos rusos en lo que llama un «impresionante ejemplo de uso deshonesto de nuestros documentos».
Sus especialistas insisten en que la zona de lanzamiento que mapearon en el informe nunca fue entregada a los holandeses y que, en todo caso, los cálculos rusos originales estuvieron basados en «condiciones defectuosas» suministradas por el DSB.
Ambas partes se encuentran ahora en total desacuerdo.
Los holandeses sostienen que los rusos están simplemente equivocados al basar sus «cálculos en un punto de detonación y orientación del arma incorrectos, lo que resultó en una trayectoria incorrecta del misil».
Y este juego de ajedrez está lejos de terminar, mientras las apuestas siguen subiendo.
Las conclusiones de la investigación criminal internacional se publicarán en 2016 y éstas adjudicarán la responsabilidad.

Fuente Excélsior

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Georgina Ledezma vende pulseras hechas a mano. Alumna del CAM 7507

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Alumna del CAM 7507 del grupo de proyectos productivos, Georgina Kanakoqui Ledezma de 18 años de edad, joven alegre, entusiasta y trabajadora, con grandes habilidades para estar en un ambiente de trabajo, solicita el apoyo de la comunidad en general para que adquieran pulseras elaboradas con sus propias manos.

 


Bajo la asesoría y acompañamiento de la maestra Gabriela Rivero, en cuyas clases se desarrollan habilidades laborales con la finalidad de auto emplearse y/o realizar prácticas en ambientes reales, fue donde se gestó este emprendedurismo por parte de Georgina en la que de realizarlas como pasatiempo surgió la idea de ponerlas a la venta para generar sus propios ingresos como incentivo además, para que ella se sienta autónoma y feliz ya que debido a su delicada situación de salud no puede ejercer dentro de una empresa.
Este caso de éxito en la elaboración y convencimiento de producir artículos para su venta forma parte de los objetivos de nivel de formación para la vida adulta del CAM 7507 donde las maestras Ivone Santiago y Lydia Stirk del grupo de prácticas Laborales dan seguimiento puntual a todo su estudiantado.
Las pulseras de la joven Kanakoqui Ledezma estarán en venta en el restaurante “MAYÓLICA” ubicado en Blvd. Antonio Ortiz Mena 2033 Colonia Campestre-Lomas con un costo de $30 pesos.

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