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Las prohibiciones y los castigos más crueles que imponen los talibanes a las mujeres

La medida en la que el régimen talibán ha amenazado los derechos humanos de las mujeres afganas no tiene paralelo en la historia reciente. Esa fue la conclusión, clara y contundente, de un informe de 132 páginas realizado en 1998 por Médicos para los Derechos Humanos (PHR, por sus siglas en inglés), que documenta los resultados de un estudio de tres meses sobre la salud de la mujer y las preocupaciones por las condiciones de sus derechos humanos en Afganistán.

A medida que hoy los talibanes toman control de Afganistán, su guerra contra las mujeres amenaza con destruir nuevamente las vidas de profesionales, activistas, líderes comunitarias y políticas.

En 2001, con el fin del denominado Emirato Islámico, bajo el que no podían ni estudiar ni trabajar, entre muchas otras prohibiciones, las mujeres pudieron recuperar algunas de sus libertades. Es que los talibanes aplicaban entonces una estricta interpretación religiosa según la cual básicamente las mujeres no podían tener ningún tipo de vida pública, ocultas de los ojos de cualquiera que no fuese su marido o guardián varón. Los castigos ante el incumplimiento eran lapidaciones, mutilaciones y azotes.

“Respetaremos los derechos de las mujeres”, ha prometido en diálogo con la BBC uno de los representantes en las negociaciones de paz con el Gobierno, Suhail Shaheen. Pero lo cierto es que parece sólo una forma de lavar su imagen: las mujeres desconfían y creen que la reforma de los talibanes no es realmente posible, ya que su ideología central es fundamentalista y misógina.

Mañana ya no iré a la universidad. Los talibanes son como animales, no entienden el Corán. Para ellos las mujeres no deberían educarse. Se acabó todo para nosotras”, proclama Khadija, de 23 años, al ver el avance de los talibanes en su región.

Los talibanes gobernaron Afganistán desde 1996 hasta 2001. En aquella época, las mujeres fueron las que más perdieron. Describir sus vidas como un infierno no sería exagerado. No podían salir de sus hogares sin un mahram -tutor masculino- y debían cubrirse el cuerpo de la cabeza a los pies con un burka, entre otras prohibiciones e imposiciones medievales.

infografia

Como apunta un informe de Amnistía Internacional, históricamente, los talibanes han aplicado políticas duras y discriminatorias contra las mujeres que las han excluido de la vida pública. Cuando los talibanes gobernaron el país, a las mujeres se les negaron derechos a la educación y el acceso a la atención médica, y su derecho a la libertad de circulación fue severamente restringido. Fueron sujetas a castigos severos y desproporcionados incluso para “infracciones” menores. Cualquier desviación de las reglas establecidas por el grupo podría ser sancionada a través de castigo corporal público, o incluso la pena de muerte o la ejecución pública.

RAWA, la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán, se estableció en Kabul, Afganistán en 1977 como una organización político-social independiente de mujeres afganas que luchan por los derechos humanos y la justicia social en Afganistán. La siguiente lista, compilada por la asociación, ofrece sólo un breve vistazo de las vidas infernales que las mujeres afganas se ven obligadas a llevar bajo los talibanes, y no puede comenzar a reflejar la profundidad de las privaciones y sufrimientos femeninos. “Los talibanes tratan a las mujeres peor que a los animales. De hecho, incluso cuando los talibanes declaran ilegal la tenencia de aves y animales enjaulados, encarcelan a las mujeres afganas dentro de las cuatro paredes de sus propias casas”, denuncian desde RAWA.

“Las mujeres no tienen importancia a los ojos de los talibanes a menos que se ocupen de la producción de niños, la satisfacción de las necesidades sexuales masculinas o las tareas domésticas diarias”, escriben.

“A medida que más áreas estén bajo el control de los talibanes, incluso si disminuye el número de violaciones y asesinatos perpetrados contra mujeres, las restricciones de los talibanes -comparables a las de la Edad Media- seguirán matando el espíritu de nuestro pueblo”.

Las restricciones y el maltrato de las mujeres por los talibanes incluyen:

Los talibanes gobernaron Afganistán desde 1996 hasta 2001. En aquella época, las mujeres fueron las que más salieron perdiendo. Describir sus vidas como un infierno no sería exagerado (Foto: AFP)Los talibanes gobernaron Afganistán desde 1996 hasta 2001. En aquella época, las mujeres fueron las que más salieron perdiendo. Describir sus vidas como un infierno no sería exagerado (Foto: AFP)

1- Prohibición total del trabajo de las mujeres fuera del hogar, que también se aplica a las maestras, ingenieros y la mayoría de los profesionales. Solo unas pocas doctoras y enfermeras podían trabajar en algunos hospitales de Kabul

2- Prohibición total de la actividad de las mujeres fuera del hogar a menos que estén acompañadas de un mahram (pariente masculino cercano, como padre, hermano o esposo)

3- Prohibición a las mujeres de tratar con comerciantes masculinos

4- Prohibición de que las mujeres sean atendidas por médicos varones

5- Prohibición de que las mujeres estudien en escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa

6- Requisito de que las mujeres lleven un velo largo (Burka), que las cubra de la cabeza a los pies

7- Azotes, golpizas y abuso verbal de mujeres que no estén vestidas de acuerdo con las reglas de los talibanes, o de mujeres no acompañadas de un mahram

8- Azotes en público a mujeres por no tener los tobillos cubiertos

9- Lapidación pública de mujeres acusadas de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio (Varios amantes son apedreados bajo esta regla)

10- Prohibición del uso de cosméticos (A muchas mujeres con las uñas pintadas se les han cortado los dedos)

Las mujeres bajo el régimen talibán no podían andar en bicicletaLas mujeres bajo el régimen talibán no podían andar en bicicleta

11- Prohibición de que las mujeres hablen o estrechen la mano de hombres que no sean mahram

12- Prohibición a las mujeres de reír a carcajadas (Ningún extraño debería escuchar la voz de una mujer)

13- Prohibición a las mujeres de usar zapatos de tacón, que producirían sonido al caminar (Un hombre no debe escuchar los pasos de una mujer)

14- Prohibición a las mujeres de viajar en taxi sin mahram

15- Prohibición de la presencia de mujeres en radio, televisión o reuniones públicas de cualquier tipo

16- Prohibición de que las mujeres practiquen deportes o ingresen a un centro o club deportivo

17- Prohibición a las mujeres de andar en bicicleta o motocicleta, incluso con sus mahrams

18- Prohibición de que las mujeres usen ropa de colores brillantes. En términos de los talibanes, estos son “colores sexualmente atractivos”.

19- Prohibición de que las mujeres se reúnan para ocasiones festivas como los Eids, o con fines recreativos

20- Prohibición a las mujeres de lavar ropa junto a ríos o en lugares públicos

Cuando los talibanes gobernaron el país, a las mujeres se les negaron derechos a la educación y al acceso a la atención médica, y su derecho a la libertad de circulación fue severamente restringido (Jim Huylebroek/The New York Times)Cuando los talibanes gobernaron el país, a las mujeres se les negaron derechos a la educación y al acceso a la atención médica, y su derecho a la libertad de circulación fue severamente restringido (Jim Huylebroek/The New York Times)

21- Modificación de todos los topónimos que incluyan la palabra “mujeres”

22- Prohibición de que las mujeres aparezcan en los balcones de sus apartamentos o casas

23- Pintura obligatoria en todas las ventanas, para que las mujeres no se vean desde el exterior de sus casas

24- Prohibición de que los sastres masculinos tomen medidas de mujeres o cosan ropa de mujer

25- Prohibición de baños públicos femeninos

26- Prohibición a hombres y mujeres de viajar en el mismo autobús

27- Prohibición de pantalones acampanados (anchos), incluso debajo de un burka

28- Prohibición de fotografiar o filmar mujeres

29- Prohibición de fotografías de mujeres impresas en periódicos y libros, o colgadas en las paredes de casas y tiendas

Para los talibanes, “un negador del velo es un infiel y una mujer sin velo es lasciva” (Jim Huylebroek/The New York Times)Para los talibanes, “un negador del velo es un infiel y una mujer sin velo es lasciva” (Jim Huylebroek/The New York Times)

El 8 de noviembre de 1994 el Secretario General de la ONU presentó el informe provisional sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán elaborado por Felix Ermacora, relator especial de la Comisión de Derechos Humanos. Partes del informe sobre la situación de los derechos de las mujeres hacen hincapié en el uso del velo: “Un negador del velo es un infiel y una mujer sin velo es lasciva”. Además, enumera:

-El velo debe cubrir todo el cuerpo

-La ropa de mujer no debe ser fina

-La ropa de mujer no debe estar decorada ni ser colorida

-La ropa de las mujeres no debe ser estrecha y apretada para evitar que se noten los miembros sediciosos. El velo no debe ser fino

-Las mujeres no se deben perfumar. Si una mujer perfumada pasa junto a una multitud de hombres, se la considera una adúltera

-La ropa de mujer no debe parecerse a la ropa de hombre

-La ropa de las mujeres musulmanas no debe parecerse a la ropa de las mujeres no musulmanas

-No deben usar prendas que produzcan sonido

-No deben caminar en medio de las calles

Según reporta The Conversation, después de la expulsión de los talibanes, las mujeres entraron en masa en la vida pública en Afganistán. Eso incluye los campos del derecho, la medicina y la política (Foto: REUTERS)Según reporta The Conversation, después de la expulsión de los talibanes, las mujeres entraron en masa en la vida pública en Afganistán. Eso incluye los campos del derecho, la medicina y la política (Foto: REUTERS)

-No deben salir de sus casas sin el permiso de su esposo

-Si es necesario hablar, debe hablar en voz baja y sin reír

-No deben mirar a extraños

-No deben mezclarse con extraños

Otro informe sobre la guerra de los talibanes hacia las mujeres realizado en el año 2001 por la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo de Estados Unidos revela: “Los talibanes afirmaron que estaban tratando de garantizar una sociedad en la que las mujeres tuvieran un papel digno y seguro. Pero los hechos muestran lo contrario. Las mujeres fueron despojadas de su dignidad. No podían mantener a sus familias. Las niñas se vieron privadas de la atención médica básica y de cualquier apariencia de escolaridad. Incluso fueron privados de su infancia bajo un régimen que les quitó sus canciones, sus muñecos y sus animales de peluche, todos prohibidos por los talibanes”.

Según reporta The Conversation, después de la expulsión de los talibanes, las mujeres entraron en masa en la vida pública en Afganistán. Eso incluye los campos del derecho, la medicina y la política. Las mujeres representan más de una cuarta parte de los parlamentarios y, en 2016, más de 150.000 mujeres habían sido elegidas para cargos locales.

Los talibanes están hoy imponiendo su autoridad sobre el pueblo afgano utilizando la guerra, como ocurrió en los ‘90. Las mujeres, ahora, solo esperan que la historia no se repita.

Infografía: Marcelo Regalado

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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