El gobierno del presidente Donald Trump podrá interferir en el uso de la mariguana que decidan los diferentes estados, lo que amenaza la ola de legalización y despenalización que viene registrándose en todo Estados Unidos.
En una iniciativa que enfría el optimismo de los defensores del uso medicinal y recreativo de la marihuana, el gobierno de Trump tumbó este jueves una norma aprobada por el ex presidente Barack Obama que impedía la interferencia federal en las decisiones de los estados respecto a la relajación de las leyes contra esta droga.
Según un comunicado del Departamento de Justicia, el fiscal general, Jeff Sessions, emitió este jueves un memorándum en el que encomienda a los fiscales del país hacer cumplir la ley federal y seguir los principios establecidos para perseguir las actividades relacionadas con la mariguana.
«Es la misión del Departamento hacer cumplir las leyes, mientras las directrices previas minaban este cumplimiento y la capacidad de nuestros compañeros locales y estatales de ejecutar su misión de hacer cumplir la ley», afirmó Sessions en el comunicado.
En esta línea, el secretario de Justicia incidió en que la derogación de la regla previa «simplemente pide a todos los fiscales utilizar los principios de la fiscalía previos que les proveen de todas las herramientas necesarias para acabar con las organizaciones criminales, la creciente crisis de drogas y el crimen violento en el país».
La decisión del máximo responsable de Justicia guiará a los fiscales del país a hacer cumplir la legislación nacional, por la que el consumo de mariguana, recreativo o médico, es ilegal, e imponerla sobre las normas adoptadas por los estados que hayan despenalizado su consumo.
Desde 2013, cuando el Departamento de Justicia bajo el gobierno de Obama aprobó su directriz, el ejecutivo federal había optado por una postura más laxa ante las regulaciones en esta materia a nivel estatal, optando por no imponer la norma federal salvo que las normas estatales entraran en conflicto con otras leyes nacionales.
El Departamento de Justicia se refirió a la decisión de Sessions como «una vuelta al cumplimiento de la ley y a la confianza y el control local de los fiscales federales», quienes -comentó- saben hacia dónde enfocar los recursos existentes de manera «más efectiva» para reducir la violencia criminal.
Con la dirección seguida por Sessions, según el comunicado, Estados Unidos continuará con la aplicación del Acta de Sustancias Controladas, promulgada en 1970 por el presidente Richard Nixon, que supuso el comienzo de la llamada guerra contra las drogas.
Actualmente, un total de 29 estados han aprobado leyes que posibilitan el uso de esta droga con fines médicos, mientras que siete lo han hecho también para fines recreativos.