Rusia.- La ausencia del mandatario Vladimir Putin en el debate presidencial televisado en Rusia no significó la falta de polémicas en el evento. Una discusión entre un veterano político y una celebrity local que buscan llegar al Kremlin se tensó al punto en que un vaso de agua fue arrojado y numerosos insultos fueron proferidos en vivo.
El político ultranacionalista Vladimir Zhirinovski llamó «puta» y «vieja asquerosa», entre otros agravios, a Ksenia Sobchak, la única candidata mujer a la Presidencia de Rusia, en el acalorado debate, transmitido el miércoles por el canal público Rossia. Siete de los ocho candidatos estaban presentes, ya que Putin ha rechazado tomar parte en actos con los otros aspirantes.
Cuando uno de los contendientes, el nacionalista Serguéi Baburin, estaba hablando, fue interrumpido por Zhirinovski, que le acusó de estar mintiendo y en la discusión se involucró Sobchak.
«A su edad no es bueno preocuparse de esa manera, de verdad», dijo la periodista y candidata dirigiéndose al polémico y veterano Zhirinovski, de 71 años, que se presenta por sexta vez a unas elecciones presidenciales.
«¡Cierra el pico, estúpida!», se escuchó decir al histriónico líder del Partido Liberal Democrático, conocido por sus habituales salidas de tono. El moderador intentaba poner orden, mientras otros participantes se unían a los gritos.
«No hay que traer de la calle a verduleras. Esto es un asco, ¡que cierre el pico!», continuó Zhirinovski.
La discusión fue en aumento hasta que la candidata le arrojó un vaso de agua.»¡Basura, vieja asquerosa, puta!», gritó el ultranacionalista, con la ropa mojada.
Sobchak, de 36 años y quien ha sido llamada «la Paris Hilton rusa», es una ex periodista y conductora de «reality shows».
Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza
La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.
Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.
En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.
Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.
Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.