Chihuahua, Chih.— A pesar de las lluvias registradas en distintos puntos del estado en los últimos días, los niveles de almacenamiento en las principales presas de Chihuahua continúan bajos y, en algunos casos, han presentado ligeros descensos. Así lo confirmó la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en su más reciente informe técnico, correspondiente al periodo del 18 al 25 de junio.
Román Alcántar Alvídrez, director estatal del organismo, explicó que la razón principal de esta situación es la falta de lluvias intensas y sostenidas en la cuenca alta del río Conchos, de donde se alimentan los principales embalses del estado. “El impacto real se logra cuando hay lluvias fuertes en zonas como Bocoyna, Nonoava y las partes altas de Carichí. Ahí es donde nace el Conchos, y ahí ha llovido poco o prácticamente nada”, detalló.
La presa La Boquilla, la más grande de Chihuahua, tenía el 13.99% de su capacidad (398.25 millones de metros cúbicos) el 18 de junio, pero para el día 25 había bajado a 395.67 millones, equivalente al 13.90%. Las Vírgenes, por su parte, descendió de 43.80% a 42.10%, y la presa Luis L. León de 18.30% a 18.17%.
Además de la falta de lluvia en zonas clave, Alcántar señaló que la evaporación por las altas temperaturas y la extracción autorizada para el riego agrícola —en el caso de la Luis L. León— también han contribuido a estas disminuciones. Municipios como Valle de Zaragoza, San Francisco de Borja, Gran Morelos, Satevó, Cusihuiriachi y Santa Isabel, que también influyen en la recarga de los embalses, han tenido escasas precipitaciones.
“La mayoría de las lluvias se han concentrado en zonas más al sur o en áreas bajas, donde el impacto en los grandes vasos de almacenamiento es prácticamente nulo”, indicó el funcionario.
Aunque se han registrado hasta 50 mm de lluvia en localidades como Guachochi, el temporal sigue siendo irregular y disperso. Las autoridades confían en que el monzón mexicano, que ya ha comenzado a asentarse sobre el noroeste del país, pueda generar precipitaciones más intensas y prolongadas en la Sierra Tarahumara.
“Estas lluvias ayudan, sí, sobre todo a los agricultores y ganaderos. Pero para ver una recuperación real en las presas, necesitamos aguaceros fuertes y constantes durante varios días en las zonas montañosas. Y eso todavía no ha pasado”, subrayó Alcántar.
Por ahora, la situación de los embalses sigue siendo motivo de vigilancia permanente. La esperanza, advierten las autoridades, sigue dependiendo de que las lluvias lleguen pronto y caigan exactamente donde más se necesitan.