Lo logró. El gobernador César Duarte se salió con la suya y pudo dejar candidato a la gubernatura, algo que pocos ex gobernadores han logrado, pero falta el paso más difícil, y es que ese candidato llegue a la gubernatura en un escenario en el que la ciudadanía siente (con razón) que le quieren recetar más de lo mismo.
Según pudo verse, fue durante el brindis de fin de año que realizó el gobernador que recibió la llamada de los Santos Reyes, quienes desde el Altiplano le comunicaron que su apuesta, el alcalde con licencia de Juárez, Enrique Serrano, sería el ungido del tricolor tras el visto bueno del presidente Enrique Peña Nieto.
El gobernador César Duarte había hecho una maniobra ajedrecística para protegerse como buen ‘rey’, poniendo a sus reinas, alfiles, caballos, torres y hasta peones alrededor suyo, pero al final fue su apuesta, Enrique Serrano, el que dio el jaque mate.
Así, Melquíades Morales y José Luis Flores cumplieron la encomienda de Manlio Fabio Beltrones de dar a luz al aspirante, sin que los demás niños patalearan, principalmente Marco Adán Quezada, quien no pudo quedarse con el pastel pero al menos alcanzó una rebanada; la postulación de su esposa Lucía Chavira para la alcaldía de Chihuahua.
Así, el proyecto marquista queda frenado, pero con aire para que sus aspiraciones se mantengan vivas, con Lucía contendiendo por la alcaldía y Marco, aseguran, por una diputación federal. Así, no le dijeron sí ni no, sino “al ratito”.
Así, la elección por la alcaldía de Chihuahua se la jugarán dos mujeres, más los independientes que salten en el camino, como Enrique Terrazas Seyffert, una apuesta del empresariado chihuahuense por la vía independiente que afecta principalmente al PAN, pues es hijo de uno de los principales mecenas del albiazul quien prefirió dejar de soltarle billetes a ese barril sin fondo y apostárselos directamente a un candidato que represente a los suyos.
Y es que Mario Vázquez cobra por fracasar, ya que los empresarios estaban hartos de que este personaje acudiera a cobrarles cuota, como si fuera obligación, para luego no tomarlos para nada en cuenta y de pilón perder las elecciones, todo con tal de asegurar aunque sea modestas posiciones para los suyos.
Volviendo al PRI, también se quedó en el camino el alcalde con licencia Javier Garfio, quien fue integrado como coordinador de campaña de Enrique Serrano, una manera de mantenerlo ocupado y vigente dentro de la grilla, además de que ya desempeñó esa función durante la campaña de César Duarte a diputado, en la que fue su suplente.
En el caso de las senadoras Lilia Merodio y Graciela Ortiz, no se sabe qué habrán negociado, pero mientras la primera ha guardado un silencio absoluto, la segunda se limitó a agradecer a sus bases de apoyo el respaldo, pues ya traía un proyecto sólidamente armado en buena parte de la entidad. Parece que ninguna quedó conforme. Todo pinta que volverán a sus escaños, aunque también se habla de ofertas medianas en el gabinete federal.
Respecto a Marcelo González Tachiquín, parece que le ofrecieron también una curul con tal de que se asilenciara, una posición nada despreciable pues también le permitirá seguir vigente y rifársela ‘ahí para la otra’.
Óscar Villalobos también podría haberse llevado su rebanada, pues como embajador del baecismo tuvo peso fuerte en las negociaciones y pinta para candidato a la alcaldía de Delicias. Para Víctor Valencia de los Santos aún no se define su premio, mientras que Jorge Esteban Sandoval suena para presidente del PRI, aunque no se ha confirmado nada.
Pero el punto más polémico te todas las designaciones es la de Héctor ‘Teto’ Murguía, quien va por tercera vez por la alcaldía de Juárez, pues es la única forma de calmar sus ansias por la candidatura a la gubernatura sin dársela. Así, acumularía nueve años como alcalde y dos más si es que lo reeligen.
‘Teto’ mantiene el control político en Juárez. Su grupo es en definitiva el más fuerte y el PRI no puede prescindir de él, pero para los juarenses los resultados han sido más que desastrosos, desde la detención de Saulo Reyes, director de policía de Juárez, hasta dudas sobre los buenos manejos de recursos públicos y la pertinencia de obras como el Camino Real, sin contar el endeudamiento para pavimentar la ciudad, aunque la ciudad sigue sin pavimentarse.
Visto todo lo anterior, es claro que el PRI le apostó a contener temporalmente las ansias de todos o al menos de la mayoría. De repartir premios de consolación y mantenerlos en la fila para las posiciones más codiciadas, pues las aspiraciones de buena parte de los aspirantes continúan y esperan materializarlas en otros tiempos, pero saben que el pastel no alcanzará para todos y muchos se quedarán en el camino, lo cual amenaza la unidad cosmética del partido.
Sin embargo, esta elección será muy reñida, pues es evidente que el PRI está sacando cartas gastadas, más de lo mismo, los grupos de siempre, las caras de todos los días y se resiste a los perfiles frescos que pudieran oxigenarlo.
En el caso de Chihuahua, Lucía Chavira tiene el mejor perfil de todos pero se las verá no sólo con una sociedad cansada de gobiernos priístas cuestionados por el endeudamiento público y la corrupción. También enfrentará a una fortalecida Maru Campos, y a un Enrique Terrazas que podría dar la sorpresa, ya que no se habría lanzado si no contara con apoyos de pesos. Recordemos que en Chihuahua y en México muchas veces el voto no se gana, se compra.
Aunque Teto y el PRI estén fuertes en la frontera, la ciudadanía ya tiene acumulados muchos malos recuerdos y es un político muy desgastado. Aún así, es probable que gane, pues no tiene un rival fuerte y el PAN está demasiado ocupado en el canibalismo interno.
En el caso de la gubernatura, el PAN aún no lanza su apuesta, que podría ser Blanco o Beltrán del Río, aunque todo favorece al primero y pinta que el segundo no reconocerá el resultado. Sin el apoyo de los empresarios no se ve por dónde la libren.
Pendiente queda el movimiento de Javier Corral y Jaime García Chávez, que cuenta con potencia propia y podría dar a luz a un perfil más sólido para hacerle contrapeso a Serrano, aunque tampoco hay que despreciar a ‘Chacho’ Barraza, quien tampoco está para juegos y si se lanza por la gubernatura es por que sabe que tiene al menos la remota posibilidad de alcanzarla. El PRI logró sacar a sus gallos, pero el camino que deben recorrer para llegar a las posiciones apenas empieza.