Eso de que las mujeres no les gusta la pornografía ya no corre más. “Un tanto más audaces, modernas y con la cabeza abierta, hoy se sabe a ciencia cierta que lo que antes se vendía como mito ahora es descartado por colegas y sociólogos, como así también estudios de distintas universidades. Todos ellos coinciden en admitir que ver porno es una actividad que se vive en pareja. Si bien algunos hombres lo siguen haciendo a solas, un gran porcentaje ahora lo comparte”, señala Celia Laniado, psicóloga y sexóloga de la UBA.
Y sí… las mujeres miramos porno más allá de que muchas no lo admitan. Un estudio reciente de la Universidad de Northwestern, por ejemplo, examinó los efectos de la pornografía en la excitación genital y concluyó que las mujeres que miran películas eróticas suelen tener menos prejuicios y una vida sexual más completa.
La diseñadora de ropa interior femenina, Carmen Gramajo, señala que “las mujeres que nos consultan siempre pretenden nuestra complicidad. Es nuestro lugar más íntimo al que sólo llega nuestra pareja y la intimidad de nuestro cuarto, ese lugar donde podemos vivir las fantasías más diversas. Y claro, la pornografía nos ayuda a volar y a explorar nuevos caminos”.
Aunque muchas mujeres lo hacían a escondidas, ver porno hoy sin dudas es mucho más fácil que antes, cuando la única fuente accesible a la pornografía eran las revistas que llegaban a la casa de la mano de algún varón de la familia o tener que pasar por el incómodo momento de alquilar videos.
Ahora, para el bien y experiencia de todas, la tecnología avanzó. El acceso que tenemos a la pornografía se incrementó exponencialmente gracias a Internet donde hay canales pagos de cable (pay per view), muchas webs pagas e innumerables blogs de relatos eróticos realizado por y para mujeres .
Todo en nosotras apunta al aprendizaje, a expresarnos y a la excitación misma que difiere mucho de la excitación masculina. Por eso, y gracias al reclamo femenino y a la participación de muchas, es que cada día aparecen más productos realizados por mujeres.
“Algo notable a destacar con respecto al porno es que lo que a nosotras nos excita verdaderamente son los actos sexuales en sí, no los actores, ni las locaciones, a diferencia de lo que los excita a los hombres. Por eso las películas eróticas pueden ayudar a las parejas a jugar y a aprender cosas que de otra manera son muy difíciles de explicar en la práctica”, aclara la sexóloga.
A la hora de criticar el porno, casi todas coincidimos en los siguientes ítems:
– la falta de argumento
– la repetición
– las situaciones ridículamente inusuales
– los lugares
– la masturbación femenina casi exclusivamente vaginal y con el olvido del clítoris.
Pero del porno también se puede aprender mucho. Prestá atención a estos ítems:
– Nuevas maneras de tocar y acariciar a la pareja
– Nuevas técnicas para el sexo oral
– Actitudes en la cama (la actitud es todo, chicas!)
– A verse sexy con ropa y teniendo sexo
– Que cierto tipo de ropa hay que dejársela puesta ya que erotiza mucho a los hombres
– Que nosotras también necesitamos que nos atiendan sexualmente hablando
– Que la previa es fundamental
– Que a veces poner una porno predispone y nos saca de la rutina.
– Poses nuevas.
– Que si bien la cama no es como el porno, si se hace en el porno, puede funcionar en nuestra cama.
– Los gemidos exagerados no son necesarios para demostrar que realmente gozamos
– Aunque el porno no lo muestre, las mujeres necesitamos la estimulación del clítoris.
– Que el sexo es muy importante y no debemos menospreciarlo
– Que los lugares no hacen al acto
– Que no hay que ser perfecta para disfrutar del sexo
– Que los hombres no son tan mecánicos como allí se muestran
– Que lo importante es que se goce de a dos y no uno sólo.
Fuente: La mujer hoy españa y RevistaOhlala
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