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López Obrador sube en las encuestas y tiene un 92% de probabilidades de ganar: El País

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Andrés Manuel López Obrador afronta el último mes antes de las elecciones mexicanas con una sustancial ventaja sobre sus rivales. El líder de Morena cuenta con un 48% de intención de votos, según el promedio de sondeos y ha aumentado su ventaja hasta 20 puntos con Ricardo Anaya, que cuenta con un 28%. El candidato del PRI, José Antonio Meade, sigue tercero, con un 20%.

De acuerdo al modelo electoral de EL PAÍS, López Obrador tiene un 92% de probabilidades para ser elegido presidente el próximo 1 de julio; el candidato de Por México al Frente –la coalición del conservador PAN y los progresistas PRD y Movimiento Ciudadano- un 9% y Meade, un 1%, es decir, solo se impondría una de cada 100 veces.

La ventaja de López Obrador es clara. Ni siquiera los dos debates que se han celebrado hasta ahora, el terreno en el que peor se desenvuelve el tres veces candidato, han mermado su posición en las encuestas. No es normal que se produzca un vuelco electoral que haga perder 20 puntos al candidato puntero. Sirve de referencia una estadística deportiva: ahora mismo una derrota de López Obrador sería más rara que ver fallar un penalti a Cristiano Ronaldo. No obstante, la victoria del candidato de Morena tampoco es una certeza: los sondeos aún podrían moverse y hasta el último día habrá espacio para una sorpresa.

Estos pronósticos se calculan a partir de encuestas, usando la metodología de nuestros modelos electorales para Francia, Reino Unido o España. Los modelos convierten las encuestas en predicciones probabilísticas después de estudiar la precisión histórica de miles de sondeos. En el caso de México, el modelo asume un error medio de 3,5 puntos por candidato, que es mayor ahora porque faltan semanas hasta el 1 de julio. El margen de error todavía ronda los 15 puntos para un candidato con el 40% de votos. López Obrador es favorito, pero no tiene garantizada su victoria.

López Obrador cuenta con otros datos a su favor. El primero es la tendencia positiva en los sondeos. El candidato de Morena ha subido siete puntos en las encuestas desde marzo. Eso ha hecho que sus opciones de victoria aumentasen también desde el 79% —nuestra primera predicción del día 31 de marzo— hasta el 92% actual.

Mientras, sus rivales no terminan de cerrar la distancia y la segunda plaza sigue en disputa. El mejor momento para Meade fue poco después de ser designado por el presidente, Enrique Peña Nieto, como el candidato del PRI. No obstante, la mala imagen del partido y el Gobierno actual, ha pesado mucho en toda la campaña. El último debate, en el que el aspirante priista se mostró más sólido que sus rivales, no ha traído una mejora muy grande en los sondeos. Por su parte, Ricardo Anaya, que inició el año al alza, se ha estancado en los últimos meses. Si el primer debate le sirvió para marcar distancias con Meade, el segundo, celebrado hace dos semanas en Tijuana, no fue fructífero para Anaya.

El último mes ha sido particularmente bueno para el candidato de Morena, que podría estar subiendo otro escalón. Las cuatro encuestas más recientes en nuestro promedio —de Parametria, Reforma, Ipsos y Demotecnia— lo colocaron por encima del 50% de votos. En mayo las encuestas de Reforma y Parametria le dan subidas de 4 y 9 puntos. Ricardo Anaya y José Antonio Meade, mientras tanto, aparecen planos o pierden apoyos.

Una de los factores a los que recurren tanto Anaya como Meade para decir que la batalla electoral no está resuelta es al número de indecisos. Tampoco los datos en este caso son malos para López Obrador, porque no hay tanto como podría parecer. En la última encuesta de Enkoll, que publicó La Silla Rota, un 33% de los mexicanos dice que aún no sabe por quien votará. Pero la mayoría en ese grupo declarará preferencia por algún candidato. Los indecisos absolutos (que no saben por quien votarán ni declaran preferencias) seguramente no superan el 14% del censo. Esas personas, además, tienen propensión a no votar. Hay que recordar que la cifra de encuestados que reconocen que es probable que no voten apenas llega al 20%, aunque la abstención real suele superar el 35%.

¿Cuál es la esperanza de Ricardo Anaya en este último mes? Su baza pasa por coordinar el voto contra López Obrador. Hasta el momento ha conseguido el apoyo de la élite empresarial, que ha desistido de apoyar a su favorito, Meade, para decantarse por Anaya. Esta élite, además, ha lanzado duros ataques contra López Obrador en las últimas semanas. Pero de nuevo los sondeos ofrecen cierta tranquilidad al candidato de Morena. Los datos sobre segundas opciones limitan el flujo potencial de votantes saltando de José Antonio Meade a Ricardo Anaya. Según cifras de la empresa Demotecnia, si la elección fuese entre López Obrador y Anaya, los votantes de Meade se repartirían casi a partes iguales. Es decir, hay un sector del PRI que se siente más cómodo con la victoria de López Obrador que con un triunfo del expresidente del PAN, el tradicional partido opositor en México. Eso limita los efectos coordinación. Entre los votantes del candidato del PRI habría un 40% que tiene a Anaya como segunda opción, pero eso solo supone el 8% de todos los votos. Aunque todos ellos decidiesen votar por Anaya al final —cosa poco probable—, serían insuficientes para hacerle ganar.

La derrota de López Obrador, en caso de producirse, vendría seguramente por dos vías. Una posibilidad es que se produzca un cambio brusco en las encuestas durante el final de campaña. En ese caso lo veríamos en los últimos sondeos. La otra opción es que la sorpresa llegue el día de la elección y que el recuente demuestre que las encuestas estaban muy erradas. Eso no es imposible —ocurrió, por ejemplo, con el plebiscito colombiano en 2016, cuando las encuestas fallaron por 15 puntos—, pero no es algo frecuente. Por eso nuestro modelo mantiene a López Obrador favorito al 92%.

El Paìs

México

México reporta más de 145 mil repatriaciones de connacionales desde enero

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El Gobierno de México informó que, del 20 de enero al 17 de diciembre, se registraron 145 mil 537 repatriaciones de ciudadanos mexicanos desde Estados Unidos, tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y el endurecimiento de la política antimigratoria en ese país.

La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, dio a conocer las cifras durante una conferencia de prensa, en la que precisó que 116 mil 156 personas fueron repatriadas por vía terrestre y 29 mil 381 por vía aérea. Estas acciones se realizaron en el marco de la Estrategia Nacional de Repatriación México te abraza.

De acuerdo con la funcionaria, 99 mil 924 personas aceptaron ingresar a alguno de los centros de atención habilitados por el gobierno federal. En el caso de las 45 mil 613 que optaron por no hacerlo, señaló que también se les brindó apoyo consistente en alimentación, acceso a llamadas telefónicas, orientación jurídica y ayuda para su traslado a su lugar de origen.

La red de atención opera a través de nueve centros distribuidos en siete entidades del país. Los retornos terrestres se concentran en los estados fronterizos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, mientras que la atención aérea se ofrece en Chiapas y Tabasco.

En este contexto, el 18 de diciembre, durante la conmemoración del Día Internacional del Migrante, la presidenta Claudia Sheinbaum se refirió a la situación de las comunidades migrantes y lamentó lo que calificó como una creciente criminalización de este sector. Durante su conferencia matutina, respondió a mensajes recientes de Donald Trump y del presidente electo de Chile, José Antonio Kast, quienes han promovido deportaciones masivas y la construcción de barreras fronterizas.

La mandataria sostuvo que la migración es un fenómeno motivado por la necesidad y no por una decisión voluntaria, y afirmó que las políticas de persecución carecen de humanidad. Señaló que, desde su perspectiva, las soluciones de fondo deben basarse en la cooperación internacional, el desarrollo económico, la inversión en los países de origen y la reducción de la desigualdad.

Sheinbaum reiteró que la postura del Estado mexicano será la protección de los derechos humanos y la oferta de alternativas consideradas dignas, como el acceso al empleo o la repatriación voluntaria. Estas declaraciones se dan en un escenario marcado por el incremento en las repatriaciones de connacionales durante 2025.

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