Luego de mucho pataleo, trabas y tretas, parece ser que se designará a Antonio López y Ramón Galindo como candidatos a las alcaldías de Chihuahua y Juárez, aunque los demás aspirantes lloren y bramen.
López, después de años de catarsis budistas y profundas reflexiones feisbuqueras, pudo superar el trauma de perder la alcaldía ante Marco Adán Quezada, y va por la revancha convencido de que los astros, las runas, el tarot y las buenas vibras del universo, estarán de su lado. Eso cree él.
Lo cierto es que López es la mejor carta del PAN en la capital. Hace apenas tres años compitió por el mismo puesto, lo que supone que debe contar con un equipo más o menos consolidado, un poco más de experiencia y uno que otro ciudadano ya lo reconoce, lo que no puede decirse de Teresa Ortuño, por ejemplo.
En el caso de Juárez, Ramón Galindo es un viejo lobo de mar, quizá uno de los más colmilludos panistas en la frontera, lo cual no necesariamente es bueno ni para la ciudadanía ni para el propio panismo, pero es lo que hay, y la mejor alternativa para que la derrota no sea tan, tan humillante, aunque le pisa los talones la ex diputada federal María Antonieta Pérez.
Pero la disputa no está solo en las alcaldías. El Distrito III es la joya de la corona azul, pues es el único donde tienen altas posibilidades de ganar. Fuera de este, los panistas dan por perdidos los distritos de la frontera, no así los de la capital, donde algunos ven más posibilidades de arrebatarle algunas posiciones al PRI.
Entre los que buscan una diputación está Roberto Lara, quien iría por el XIX, no sin resistencia de varios panistas como Manuel Narváez, quienes acusan al “Pony” de aferrarse a una candidatura sin proyecto, solo como capricho tras truncarse sus ambiciones de competir por la alcaldía.
Por el Distrito XVIII competirán los panistas Paco Navarro Pastrana y Ramón Sáenz Acosta. Por el XVII quiere ir René Chavira, ya que en el pasado esta demarcación le concedió constantes victorias al albiazul, aunque ahora la victoria es tan probable como la derrota. Para el XVI suenan Edmundo Zapien y Martín Colmenero. Para el XV suenan tres: Jorge Espino, José Luévano y Eduardo Heredia.
Ahora vayamos al tema de la semana: Las manifestaciones. Arranca con la avalancha barzonista que recorrió las calles del centro de la capital durante la semana. Los jinetes, secundados por ambulantes inconformes, izquierdistas “de cepa”, “morenos” y otras tribus políticas similares y conexas, dieron una demostración de músculo y una extraña amalgama de demandas que ya son atenidas por el gobernador César Duarte, para que no digan que los desprecia.
Muchos se preguntan por qué ahora cargan la mano contra el Gobierno del Estado y no focalizan sus ataques en la Federación, como hacían hace apenas unos meses. La respuesta más lógica es que la Federación no los va a escuchar, por eso presionan al Estado para que actúe como su interlocutor. Además, durante la pasada administración federal panista, estos grupos de inconformes recibieron respaldo abierto o disimulado de gobiernos priístas. Hoy ya no.
El Barzón fue una de las asociaciones beneficiadas de ser usadas como ariete, pero no la única. También activistas como Norma Ledezma, líder de Justicia para Nuestras Hijas, recibieron un espaldarazo con iniciativas como el Centro de Derechos Humanos de la Mujer.
Muchas otras organizaciones florecieron, algunas con intereses legítimos y otras como una mera entrada de ingresos para activistas y hasta seudoactivistas que lucran con el dolor ajeno y se aseguran así una “chambita”, partiendo de demandas sensibles de la comunidad para luego llevar agua a su molino, tal como quienes integran el llamado Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, muchos de ellos simples grillos de quinta.
Ya que hablamos de Norma Ledezma, últimamente han cobrado fuerza las voces que la acusan directamente de acosar a las madres de jóvenes desaparecidas y víctimas de feminicidios, para acallar las denuncias por las numerosas omisiones de las autoridades, tanto en administraciones pasadas como en la actual.
Amenazas, hostigamiento y humillaciones, son parte del repertorio que se le atribuye a Ledezma e incluso aseguran que ella está detrás de las intimidaciones como la realizada contra Karla Castañeda, quien exigió enérgicamente encontrar a su hija Cinthia Jacobed Castañeda Alvarado, desaparecida con tan solo 13 años de edad.
A la señora Karla la filmaron sin su consentimiento durante un interrogatorio improvisado e ilegal dentro de su vivienda, en presencia de sus tres hijos pequeños. También la obligaron a firmar un documento en el que consta que se negó a recibir apoyo sicológico. Horas después recibió la visita de María García, madre de Jessica Leticia Peña García, joven asesinada en 2010 a la edad de 15 años. García intentó hacerla desistir de sus protestas y reunirse con las autoridades.
“¿Qué sacaste de la Caminata? ¿Solo llagas?”, le habría dicho Norma Ledezma a Karla, para luego soltar una sonora carcajada, e incluso aseguran que le transmitió veladas amenazas contra su seguridad.
Norma Ledezma, madre de Paloma Angélica Escobar Ledezma, asesinada en 2002, emprendió una lucha para esclarecer feminicidios y revisar expedientes pasados, pero muchos de sus excompañeros de lucha consideran que desde que pasó a formar parte del poder estatal ?con nómina, viáticos, camioneta nueva y guardaespaldas de planta? ha preferido dedicarse a “calmar las aguas”.
Existen otras acusaciones delicadas contra Ledezma: entorpecer procesos judiciales ?bajo investigación de EU incluso? y presionar a madres para abandonar a Marisela Escobedo días antes de su muerte. Denuncias, calumnias, envidia, recelo o meros chismes, pueden ser ciertos o no, pero lo indudable es que la labor de Norma está dejando muchas llagas entre madres de víctimas.
Y para terminar con el tema de las grillas internas, jalones de greñas y piquetes a los ojos, sigue candente el ambiente en la Facultad de Contaduría y Administración, pues luego de tumbar a Alfredo de la Torre por sus desavenencias con el rector Enrique Seáñez, ahora el que corre peligro es Agustín Mora, presidente de la Sociedad de Alumnos, quien tiene en contra al grupo “Somos 4800” que dicen representar al alumnado y no a los intereses del rector.
Mora, rebosante de confianza, afirmó en días pasados que si reunían 2500 firmas en su contra, renunciaba. Bien, pues en tres días aseguran haber reunido más de 2 mil rúbricas acreditadas de alumnos matriculados.
La grilla estudiantil no para ahí, pues el líder juvenil panista Manuel Escobedo está tratando de hacer leña del árbol caído y capitalizar el descontento para crear un movimiento que exija al Gobierno del Estado que el Vivebus transporte gratis a los estudiantes.
You must be logged in to post a comment Login