Lorena Herrera era la estrella invitada en la Marcha de la Diversidad que se realizó este fin de semana en Monterrey; sin embargo, su presencia en el escenario instalado frente al Palacio de Gobierno, en la Macroplaza, duró solamente unos minutos.
Al terminar la primera canción, antes de saludar a las miles de personas que se reunieron en la Explanada de los Héroes —en su mayoría, integrantes de la comunidad LGBT—, la actriz y cantante expresó: «No, no, no, ni cómo ayudarlos en serio».
Con esta frase, visiblemente molesta y a punto del llanto, la artista habló no solamente de las evidentes fallas de sonido, sino de la mala organización del evento.
«Sí da coraje, la verdad que viene uno aquí, yo vengo nada más por ustedes, por el público maravilloso que son la comunidad gay. Y tengo que decirlo que estoy muy molesta con las organizaciones de este tipo de marchas, muy triste y muy decepcionada», fueron las primeras palabras de Lorena.
«He pasado por muchas cosas y ahorita lo peor es el audio. La verdad, qué pena y qué lástima me dan los organizadores. Y lamento mucho decirlo, pero tengo mucho coraje dentro de mi corazón porque yo los he apoyado, yo los quiero, y estoy nada más por el público. Yo voy a todas las marchas gay y nunca cobra un peso, yo no estoy cobrando nada. Lo mínimo que el artista pide es que lo traten bien, es que haya un audio decente», continuó.
Lorena Herrera intentó continuar con el show
Después de esto, Lorena Herrera interpretó una canción más, y pidió que subieran al escenario varias personas de la comunidad LGBT para hacer un concurso, en donde el audio siguió fallando; incluso, la música de pronto sonaba a todo volumen mientras ella intentaba hablar con las participantes, lo que provocó que su molestia aumentara.
Durante la tercera canción de su espectáculo, Lorena detuvo su actuación al escuchar la pista de su canción distorsionada, así que bajó el micrófono, lanzó besos al público que en todo momento la apoyó y coreó su nombre para motivarla a continuar pese a las fallas, y bajó del escenario para no regresar, lo que provocó un abucheó masivo a la organización de la Marcha.
Aunque el evento continuó con la presentación de Morganna Love como Gran Mariscal, esto se dio ante un público que había disminuido considerablemente, ya que la mayoría de los asistentes se fue del lugar después de Lorena Herrera.
La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente
Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.
De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.
El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.
¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.
La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.
Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.
El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.
En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.