El 14 de marzo sucedió un hecho histórico, por desgracia, contraproducente para los capitalinos. Se registró un incremento importante en la concentración de ozono que superó los 180 puntos, situación que no sucedía desde hace 14 años, y que llevó a las autoridades a decretar la Fase 1 de Contingencia Ambiental.
“Es grave… (porque el ozono) es un contaminante que lo que hace es provocar una irritación constante y permanente de las mucosas, de los ojos, de la nariz, del tracto respiratorio… y esa irritación permanente, que se produce por estar expuestos al ozono, propicia que las bacterias, los virus, se desarrollen más fácilmente… porque además el ozono tiene un efecto de disminuir la respuesta inmunológica”, dijo el doctor Javier Riojas, especialista en temas de medio ambiente y profesor de la Universidad Iberoamericana.
Según una estimación del Instituto Nacional de Salud Pública, anualmente en la país mueren aproximadamente 20 mil personas por situaciones asociadas a la contaminación del aire por material particulado en exteriores. El doctor considera que no es menor el impacto que tiene este fenómeno en la mortalidad nacional, pero cree que el que genere y agudice las enfermedades es una afectación directa a la calidad de vida de las personas.
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El especialista mencionó que enfermedades como la influenza y el zika, entre otras, que por el momento ya es factible que se introduzcan en la población y se desarrollen, con el fenómeno meteorológico encuentran un entorno favorable en el que se pueden agudizar o dispersarse.
“Es importante decirlo: este tipo de contaminación o contaminante no necesariamente genera la enfermedad sino que prepara el terreno para que la enfermedad se instale… si se mantuviera en este nivel yo supongo que la autoridad va a tener que tomar medidas adicionales”, advirtió Rioja
Las afectaciones previamente mencionadas, de acuerdo al doctor Riojas, pueden tener mayor afectación en la población más vulnerable que son las personas mayores, las personas con una enfermedad, niños, situación en la que coincide Carlos Caballero, director de la carrera de desarrollo sustentable del Tecnológico de Monterrey campus CCM.
“Hay grupos vulnerables, de ancianos a bebés, a personas con problemas respiratorios, asma, que evidentemente ellos pueden tener una mayor afectación, a nivel de respirar mejor, la parte de que se pueden irritar mucosas, dependiendo del organismo”, dijo Caballero.
¿QUÉ PODRÍA PASAR SI EL PROBLEMA CONTINÚA?
“Lo que puede suceder es que si se siguen aumentando los IMECAs (Índice Metropolitano de la Calidad del Aire) de ozono se pueda pasar a la fase 2, que eso sería cuando la concentración de ozono rebasa los 230 puntos y entonces si se restringen todavía más las actividades de la ciudad”, dijo Riojas.
Otra de las posibilidades es que las cuestiones meteorológicas como la lluvia ayuden a bajar el número de IMECAs, en caso de que esto no suceda, de acuerdo al especialista de la Iberoamericana, el gobierno puede tomar medidas adicionales como restringir aún más la circulación de vehículos privados y oficiales, hacer un llamada a que la población no salga mucho, entre otras cosas.
“El ozono se forma al aire libre, en la atmósfera abierta, no está tan presente o mucho menos presente en espacios cerrados, entonces esto de resguardar a la población es una medida adecuada porque justo en los interiores, como no hay radiación, no se está formando ozono ni el ozono de afuera entra, porque al tocar pared, cortinas o vidrio se descompone la molécula de ozono”, concluyó Riojas.
El Financiero