Si eres de los que disfrutan viendo los juegos olímpicos, es posible que hayas notado que muchos de los atletas que compiten en Río unas extrañas marcas circulares de color rojo en su cuerpo. Lo que quizás no sepas es de dónde provienen esas señas.
Se trata del ‘cupping’ o terapia de ventosas, una práctica curativa que proviene de los antiguos chamanes de Mesopotamia y sirve para favorecer la circulación sanguínea y linfática, según la página web de Sanitas.
Dentro de las copas -que pueden ser de cristal, de bambú o de plástico- se coloca un papel ardiendo y, mientras se quema, se pone sobre el cuerpo. Al quemarse el papel, se elimina el oxígeno que hay dentro entre la copa y la piel, y se succiona la piel y parte del músculo, de ahí las marcas circulares.
Puedes ser un ‘gordoflaco’ y deberías ponerle remedio’
La terapia se puede hacer de distintas formas, indican desde Sanitas, que varían según el objetivo que se quiera conseguir:
1. Masaje: “se aplica aceite en la zona a tratar con el fin de facilitar el desplazamiento de la ventosa mientras se mantiene el vacío, lo que permite realizar un masaje que facilita el movimiento de fluidos”.
2. Aplicación y extracción rápida de la ventosa: esta técnica se usa únicamente sobre la espalda. En este caso las ventosas se colocan solo dos o tres segundos sobre la piel.
3. Ventosa fija seca: “se fija la ventosa sobre puntos específicos para tratar aquellos órganos que tienen sus puntos reflejos en la espalda”. También se usa como tratamiento para contracturas y dolores musculares.
4. Sangrado con ventosa: se pincha la piel y sobre el pinchazo se coloca la copa. Al succionar, la ventosa “produce un leve sangrado”. Esta técnica sirve para reducir la tensión en la zona en la que se aplica.
Antes de someterse a este tipo de terapias, es importante saber que pueden tener algunos efectos secundarios, como quemaduras, moratones o infección en la piel.