El primer presidente negro de Sudáfrica empezó su viaje final a Qunu este sábado, donde será enterrado en su casa rural rodeado de exuberantes colinas verdes en el rincón sureste de su nación. A pesar de que cenó con reyes y presidentes, Nelson Mandela sostuvo que en el fondo, en su corazón, siempre fue un muchacho del campo.
Madiba describió su villa de la adolescencia en Qunu como el lugar en donde más se sentía en paz.
“Mira, él amaba esas colinas. Él realmente creía que aquí es donde pertenecía”, dijo su hija, Maki Mandela, a CNN en una entrevista exclusiva.
Su entierro este domingo terminará con los 10 días de luto para el icono internacional contra el Apartheid, un régimen de segregación racial que aplicaba el gobierno de minoría blanca en Sudáfrica.
Antes de su viaje a casa, el Congreso Nacional Africano lo despidieron en una base de la fuerza aérea en Pretoria.
Miembros del partido gobernante se postraron alrededor del ataúd cubierto con una bandera de Sudáfrica. Las personas se inclinaron, oraron y tocaron suavemente el ataúd.
“Ícono de la lucha, padre de nuestra nación”, decía un cartel gigante con una foto de Mandela sonriendo.
Su esposa, Graca Machel, se sentó en la fila principal, secándose los ojos con un pañuelo.
“Lo extrañaremos. Fue nuestro líder en un tiempo especial”, dijo el presidente Jacob Zuma. “Ve bien, Tata. Tú hiciste tu parte. Tú hiciste tu contribución. Siempre te recordaremos. Siempre te mantendremos en nuestros corazones”.
Tata es la palabra que significa padre en la tribu Xhosa de Mandela.
“Él realmente quería morir aquí”
Desde el aeropuerto en Pretoria, su ataúd negro fue puesto en un avión militar hacia Qunu en la provincia al Este de Cabo. Helicópteros rondaron el artefacto mientras soldados lo escoltaron hacia el avión.
Al llegar al Aeropuerto de Mthatha, que es el más cercano a la villa, un vehículo lo condujo a su hogar.
Mandela había dicho que se sentía con más paz en la sencilla villa con campos abiertos sin fin y un pasto verde aterciopelado. Es donde arreó vacas y cabras de niño; donde sus familiares son enterrados en la granja familiar.
“Incluso cuando mi padre estaba en la cárcel, él tenía los recuerdos más afectuosos de Qunu. Y él realmente quería morir aquí”, dijo Maki Mandela.
Despidiendo a un hijo famoso
Se esperan filas de dolientes por las calles mientras el ejército se lleva el cuerpo a su hogar por última vez.
En Qunu, los homenajes serán más íntimos.
El ejército entregará los restos a su familia. Y para simbolizar el regreso de uno de los suyos, la bandera nacional sobre su ataúd será reemplazada con un cobertor tradicional de la gente de Xhosa.
En el crepúsculo, los líderes del partido gobernante se unirán a los jefes locales y a los hombres de su familia para una vigilia privada por la noche para honorar las tradiciones de su clan nativo Thembu.
El funeral del domingo terminará los 10 días de luto para el hombre que es considerado el padre de la Sudáfrica moderna. Mandela murió el 5 de diciembre a los 95 años.
Los eventos que llevaron hasta el entierro incluyeron un servicio funeral el martes seguido de tres días de exposición al público en los Edificios de la Unión de Pretoria, en donde juró como presidente en 1994.
Alrededor de 100.000 personas rindieron tributo a Mandela en los tres días que se mantuvo en el estado, informaron autoridades gubernamentales.
Se espera que miles realicen el viaje a Qunu para el entierro, poniendo a la villa remota bajo el foco internacional. Los dolientes incluirán docenas de dignatarios extranjeros que harán su viaje alrededor de las carreteras del lugar de descanso rural.
Nombres notables en la lista de invitados incluyen al expresidente de Estados Unidos Bill Clinton y su familia, el príncipe Carlos y la conductora de televisión Oprah Winfrey.
“Ha sido todo un reto, un reto muy serio. Pero mira, mi abuelo nació aquí”, dijo Tukwin Mandela con respecto a la planificación de la logística. “Es una mezcla de emociones, algunos de nosotros estamos con lágrimas porque aquí es donde nuestro abuelo nos dijo quiénes eran los Mandela”.
Alrededor de 400 familiares y amigos cercanos caminarán al lugar de la tumba para despedirse del hombre que pasó 27 años en prisión y emergió para dirigir a la nación fuera de su sombría era de Apartheid.
Mandela descansará en la tarde cuando el Sol esté en su punto más alto en el cielo.
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