Con la eliminación de la Copa ante un rival que pelea el descenso, el Real Madrid agudiza aún más su crisis, una que parece no tener fondo.
Cuando parecía que el Real Madrid no podía caer más bajo en la temporada, llegó el Leganés y le derrotó 1-2 en el mismísimo Santiago Bernabéu, resultado con el que los merengues quedan eliminados de la Copa del Rey ante un equipo que se encuentra peleando por no descender.
Zidane pecó de soberbia al no convocar ni a Cristiano Ronaldo ni a Gereth Bale al menos para la banca, un error que terminó pagando con creces.
El equipo del Leganés se adelantó en el marcador al minuto 31 gracias a Javier Eraso, quien aprovechó un error en la salida de la defensa y, desde los linderos del área, sacó un tremendo zapatazo que se incrustó en el ángulo superior de la portería defendida por Kiko Casilla.
Después de un primer tiempo para el olvido, el Real Madrid empató el marcador el encuentro al minuto 57, después de una gran asistencia de Lucas Vázquez que fue definida por Karim Benzema.
Sin embargo, cuando parecía que el club blanco retomaba la confianza y el control de la eliminatoria, al minuto 55 cayó el gol que complicó todo.
Fue en un tiro de esquina donde la defensa del Madrid se perdió completamente, por lo que el brasileño Gabriel apareció para hacer un gran remate de cabeza que sirvió para poner contra las cuerdas a los merengues en su propia casa.
El Real Madrid estaba obligado al menos a empatar el encuentro para sellar su pase a las semifinales, por lo que Zidane decidió meter a Luka Modric, Dani Carvajal y a Borja Mayoral para intentar hacer la ‘hazaña’ en casa.
El Real Madrid se desbordó al frente para intentar conseguir el gol del empate y el del triunfo en el marcador global; sin embargo, sus intentos fueron fallidos y fue el Leganés el que se llevó el boleto a las semifinales del torneo gracias a los goles de visitante.
Con este resultado, el Real Madrid quedó eliminado en los cuartos de final de la Copa del Rey, un fracaso más que se suma a la temporada del equipo, que actualmente se encuentra a 19 puntos del Barcelona en La Liga; mientras que lo único que le queda al conjunto blanco es la Champions League, donde se medirán al Paris Saint Germain, en un partido que luce más que complicado.
Anthony Joshua dejó en claro la diferencia entre un excampeón mundial y una celebridad convertida en boxeador. El británico venció por nocaut técnico a Jake Paul en el sexto asalto de un combate de peso completo celebrado la noche del viernes en Miami, una pelea que desde su anuncio generó polémica por el contraste de experiencia, tamaño y trayectoria entre ambos contendientes.
El enfrentamiento, pactado a ocho rounds profesionales, despertó críticas por los riesgos que implicaba para Paul, quien llegó con marca de 12 triunfos y una derrota frente a Joshua, dos veces campeón del mundo y con récord de 28 victorias y cuatro caídas. Sin embargo, contra la mayoría de los pronósticos, el estadounidense resistió más de lo esperado y logró extender la contienda hasta bien entrada la segunda mitad.
Desde el inicio, Paul optó por el movimiento constante y el amarre, una estrategia evidente para consumir tiempo y evitar los golpes de poder del británico. Joshua, por momentos impreciso y visiblemente frustrado, tardó en encontrar su distancia, aunque poco a poco fue imponiendo su físico y su alcance.
En el quinto episodio llegaron los primeros momentos realmente críticos para Paul. Joshua conectó combinaciones más limpias, provocó dos caídas y estuvo cerca de finalizar el combate, aunque su rival logró sobrevivir con esfuerzo y algo de teatralidad, incluso recurriendo a gestos provocadores hacia el británico.
El desenlace llegó en el sexto round. Joshua salió decidido, conectó una derecha contundente que envió a Paul a la lona y, tras reincorporarse en evidente mal estado, el estadounidense recibió un uppercut y una nueva derecha al mentón que obligaron al réferi a detener la pelea. Paul terminó con el labio inferior partido, pero consciente y sonriente, reconociendo el cierre inevitable.
Más allá del resultado, el combate dejó sensaciones encontradas. Para Joshua, la victoria confirmó su superioridad sin que el análisis técnico vaya mucho más allá. Para Paul, haber llegado al sexto asalto frente a un peso completo de élite fue visto por algunos como una muestra de valentía y por otros como una peligrosa puesta en escena.
El debate sobre este tipo de cruces seguirá abierto, pero en el ring no hubo discusión. La experiencia y el poder de Anthony Joshua marcaron el final.