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México

Mancera rechaza sumarse a campaña del Frente

Miguel Ángel Mancera anunció la mañana de este sábado que se mantendrá al frente de la jefatura de Gobierno y rechazó la posibilidad de sumarse a la campaña presidencial del Frente Ciudadano por México.

El jefe de Gobierno estuvo acompañado por Cuauhtémoc Cárdenas al momento de afirmar de que permanecerá al frente de la administración capitalina, encabezando las acciones de reconstrucción por los daños ocasionados por el sismo del 19 de septiembre.
Mancera leyó un mensaje en el que explicó que acatará la decisión del PRD de ceder la candidatura presidencial del Frente al PAN, aunque lamentó dicha resolución.

Puntualizó que la noche del viernes se le planteó formar parte del equipo de la coalición que forman el PRD, el PAN y Movimiento Ciudadano; sin embargo, prefiere mantenerse cerca de la gente y cumplir con la tarea de que la capital retorne a la normalidad tras los sucesos del 19 de septiembre.

El jefe de Gobierno estableció que la compañía de Cuauhtémoc Cárdenas se motivó por el ascendiente que el exjefe de Gobierno tiene en la Ciudad de México y entre los partidos de oposición.

En el transcurso del día se podrían registrar renuncias de funcionarios capitalinos que se encuentran reunidos con el jefe de Gobierno, entre ellos, Salomón Chertorivski.

México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

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